Centro de Yoga Arcadia
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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




Viaje a Ítaca

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.

Conocer Vs Saber (en forma de diálogo platónico)



AIMARUS. - Hoy hablaremos sobre el conocimiento y la sabiduría.
CRITÓN. -¡Ah!, ¿pero no son lo mismo?
AIMARUS. -No, querido Critón, lejos dista el uno del otro, aunque cercanos sean los conceptos que de ellos se tienen.
CRITÓN. -Explícate mejor, pues mi entendimiento ansía diferenciar estos dos conceptos que hasta ahora creía que eran uno.
AIMARUS. -Con mucho gusto hallaremos la respuesta a ello, entre los dos, investigando paso a paso hasta resolver dicha diferenciación. Comencemos con la siguiente cuestión: ¿Quién es el que sabe?
CRITÓN. -¿Un sabio?
AIMARUS. -Correcto. ¿Y quién es el que conoce?
CRITÓN.- ¿Un conocedor?
AIMARUS. -Podría ser, mas llamémosle erudito. Erudito es aquel que conoce muchas cosas, bien sea de una o de varias materias. En cambio sabio es aquel que sabe algo, bien sea mucho o poco, pero sabe.
CRITÓN. -Ya veo... Pero sigo sin entender bien que diferencia hay entre conocer y saber.
AIMARUS. -No te apures, excelente Critón, pues la duda que ahora te acecha es muy común incluso entre los muy inteligentes. Ea, sigamos investigando:
>>El conocimiento procede de la mente, al igual que el entendimiento. Nosotros conocemos aquello que está en nuestra mente en forma de memoria, pues si no lo recordamos, aunque alguna vez lo hayamos aprendido, lo desconocemos. La mente puede recopilar una ingente cantidad de datos, podemos conocer muchas cosas, haber leído cientos de volúmenes de temas diversos y por ello creernos que sabemos mucho. Pero, convendrás conmigo en que aquel que ha leído mucho no puede considerársele como sabio, ¿no es cierto?

El OM


Muchos alumnos me preguntan en clase por el significado de la sílaba OM, al igual que mucha gente asocia el Yoga con alguien sentado en la postura del loto diciendo "oooommmmmm".


La sílaba OM, o el Pranava Om, es el mantra más sagrado, y el misterio más profundo del Yoga. En realidad son tres letras: AUM, pero se pronuncia OM; y su yantra es la imagen siguiente.


La vocal A, es el sonido más abierto que puede articular el ser humano, es el alfa, mientras que la letra M es el sonido más cerrado que puede articular el ser humano, es el omega. La U es una vocal intermedia, que al juntarla con la A, produce el sonido O; por eso se pronuncia OM; pero en esencia siempre guarda las tres letras, la trinidad. Por tales motivos, AUM es el nombre del Ser, del espíritu, del supremo Atmán. El OM es lo que queda si quitamos todas las capas que nos conforman; si quitamos el cuerpo físico, el astral, el mental, y el causal, OM es lo que queda, como substrato indivisible.

EL PRANAYAMA (I): INTRODUCIÓN A LA RESPIRACIÓN

Pranayama en sánscrito significa "control del prana o energía vital". Esta energía vital tiene su máxima expresión en la respiración, en el aliento vital.

El pranayama es el cuarto escalón en el Asthanga Yoga de Patanjali, y sus técnicas respiratorias son bien conocidas por los adeptos del Yoga, y aunque pranayama puede ser cualquier técnica de control de la energía, nos enfocaremos en las técnicas respiratorias.

Pranayama


"Aprende a respirar", es una de las máximas que siempre les digo a mis alumnos en las clases de Yoga. "Pero si yo ya sé respirar, vaya frase de perogrullo que te has sacado", contestan. Sí, supuestamente todos nacemos sabiendo respirar, o por lo menos después de que el medico nos da nuestra primera hostia en el culo, después, como casi todo, se nos va olvidando o vamos adquiriendo malos hábitos. Tampoco nadie nos ha enseñado a pensar, porque supuestamente eso es ciencia infusa y todos ya sabemos hacerlo... Ya, ya, no hay más que ver como va el mundo para comprobar lo bien que pensamos todos.

LAS ASANAS


Las asanas son el corazón de las técnicas de Yoga; tal vez la tarjeta de presentación del Yoga en occidente.

Las asanas son lo que se conoce como “posturas”, “ejercicios físicos” o “estiramientos” dentro de la práctica del Yoga. Sí, la postura de “la vela”, “el pino”, “el loto” y “el saltamontes” son todos ellos asanas del Yoga.

Asanas


Las asanas son el tercer escalón del Yoga de Patanjali o Asthanga Yoga, y me atrevo a afirmar que es el escalón más conocido y más buscado por todos aquellos que se interesan en la práctica del Yoga. Es lo que se conoce como “Voy a apuntarme al polideportivo a hacer Yoga, a ver si me estiro un poco la espalda que estoy muy duro”.

Veamos qué dice Patanjali, el gran maestro de Yoga de todos los tiempos, autor de los Yoga Sutras, sobre las asanas:


Yoga Sutra nº 8


Falta de discernimiento o conocimiento incorrecto es confundir lo real con lo irreal; la Verdad con la No-Verdad; la esencia con la forma.


 La base de la ignorancia radica en el concepto de confundir lo real con lo irreal, y esto es producido por la falta de discernimiento. Podemos conocer una infinidad de cosas, mas si somos incapaces de distinguir la Verdad de la No-Verdad, nada importante sabemos.

El ser humano se jacta de su inteligencia y de su superioridad, y en cambio está totalmente atrapado en el velo de la ilusión sin ser consciente de ello. Creemos que vivimos en una época donde la ciencia es capaz de explicarlo todo y donde la tecnología tiene un desarrollo sin precedente; craso error.

El Universo es una construcción mental, esto es, nosotros no percibimos el Universo tal y como es, sino como nuestra mente nos cuenta que es; y este "cuento", nos lo cuenta la mente (valga la redundancia) con los datos que provienen de nuestros limitados cinco sentidos. Es importante ser conscientes de este hecho. El ser humano común sólo percibe los estímulos de cinco sentidos y es capaz de moverse en cuatro dimensiones: las tres espaciales más el tiempo. ¡Qué poco sabemos del Universo, y cuánto nos creemos que sabemos!



La ignorancia es la raíz de todos los males, es la oscuridad que oculta la Verdad; es lo que nos hace esclavos de nosotros mismos. Confundimos la realidad y nos identificamos con la No-Verdad; olvidamos el significado último de la existencia y el por qué y el para qué estamos aquí. Y repito, encima creemos que lo sabemos todo. Basamos nuestra civilización, nuestros objetivos de vida y nuestro esfuerzo en lo que la mente nos cuenta con los limitadísimos datos provinientes de cinco sentidos, y nos creemos con autoridad para afirmar las cosas de forma categórica. Afirmamos que Dios no existe, que la muerte es un fin inexorable, que nuestros conocimientos científicos dan explicación a todo, que el alma está en el cerebro, que no hay vida inteligente aparte de nosotros, que venimos del mono, que la vida surgió por casualidad en un caldo de cultivo, que somos la civilización más avanzada que ha pisado la Tierra, que la Luna siempre ha estado ahí de forma natural, que somos fruto de nuestra herencia genética... y un sinnumero de afirmaciones más. 

Aunque tal vez la mayor de nuestras ignorancias es la identificación con nuestro cuerpo físico y la aceptación de nuestra breve existencia en este escenario cósmico; y debido a la creencia de esta levedad de ser, construimos unas vidas carentes de significado, donde todo parece ser arrastrado por el capricho de los vientos y las mareas. No tenemos poder sobre nosotros mismos y construimos nuestra escala de valores fundada en lo irreal.

¿Sabes quién eres? ¿Sabes de dónde vienes y por qué estás aquí? ¿Sabes cual es la finalidad de esta breve encarnación tuya? ¿Sabes qué hacer con el tiempo que se te ha dado? ¿Sabes que eres esclavo de tu ignorancia y de este sistema corrupto? Vas a sobrevivir lo mejor que puedas; vas a estudiar si puedes; vas a buscarte un trabajo para subsistir y te vas a agarrar a él como a un clavo ardiendo; vas a buscar una pareja y a tener hijos con ella y a generar un núcleo familiar; vas a enfermar tarde o temprano y a buscar cura desesperadamente, vas a jubilarte y a vivir del subsidio, mientras matas el aburrimiento con pasatiempos. Al final vas a morir. ¿Sabías esto?

¿Para que quieres aprender Yoga? ¿Te duele la espalda y quieres que te enseñe unos ejercicios? ¿Estás estresado y quieres que te enseñe a respirar para relajarte? ¿Tu cuerpo está enfermo y quieres sanarte? ¿Para qué?, te pregunto yo. Para qué vas a hacer nada, si tarde o temprano vas a morir. No te esfuerces, sigue inmerso en tu sueño; sigue consumiendo ávidamente y se devoto de los cánones de este sistema mundial; sigue siendo un borrego, un imbecil (en latin imbaeculus: el que anda apoyado en una muleta), no quieras caminar por ti mismo; no quieras ver la realidad. Duerme plácidamente hasta que la muerte te alcance. Sigue persiguiendo el placer como el objetivo principal de tu vida.

Reflexiona, medita, zambúllete en tu interior; descubre que eres un ser sin principio ni fin, que somos más que apariencias. Ten la certeza de que cuando los gusanos se coman estos cuerpos el viaje no habrá finalizado, ni mucho menos. Libérate de los grilletes de la esclavitud, de la ignorancia, del miedo. Si no aprendemos a dominar nuestra mente, a afilar el discernimiento y a ir distinguiendo poco a poco lo real de lo irreal, la Verdad de la No-Verdad, la esencia de la forma, estamos muertos en vida; estamos dormidos, estamos en Matrix, inmersos en Maya

Esto no se consigue en un día; dudo mucho que alguno de nosotros logre la emancipación en esta singular encarnación, pero por lo menos que no se diga que no estamos haciendo todo lo posible por abrir los ojos, y después ver.  

Esta es la finalidad del Yoga, y no sólo del Yoga, sino de todas las corrientes filosóficas, religiosas, místicas e iniciáticas. Este es el objetivo de todo buscador impulsado por el anhelo que surge de sus interioridades. 

El Niyama: el gran desconocido


El Yoga tiene ocho peldaños en su escala de realización. En un post anterior hablamos del primero, del Yama, la moral natural. Hoy hablaremos del segundo, el Niyama.

La mayoría de la gente conoce el Yoga por su tercer peldaño, las Asanas, o ejercicios corporales, por su cuarto, el Pranayama, técnicas de respiración; o a lo sumo por su séptimo, Dhyana, o meditación. Mas como indico en el título, el Niyama es el gran desconocido, a pesar de su gran importancia.

Si el Yama son las observancias hacia los demás, el Niyama son las observancias hacia uno mismo. Y desde el punto de vista de Patanjali Maharishi, y desde el mío también, no se debería pasar al tercer peldaño del Yoga sin antes haber practicado e integrado el Niyama. Aunque tal y como están las cosas hoy en día, y con la superficialidad que reina en el planeta, me quedaría solo en clase de Yoga si fuese tan estricto; ya que la gran mayoría de la gente lo que busca es un deporte para estirar la espalda.



Puntos del Niyama:

1. Soucha: Limpieza y purificación del cuerpo físico. Aquí entra la higiene personal, que muchos la tienen descuidada, y la purificación profunda del cuerpo físico, tales como limpieza de nariz, de lengua, de estómago y de intestinos. El Yoga posee técnicas (kriyas) para tales menesteres, y su práctica contribuye notablemente a mejorar la salud, al eliminar la "suciedad" tanto externa como interna. Ya profundizaremos en otro post sobre tales cuestiones.

2. Santosha: Contentamiento. Esta palabra es de suma importancia para hallar la felicidad en esta vida. Contentamiento no significa resignación, o conformismo, significa estar contento con lo que uno es y posee en cada momento, en esta vida. Lo que nos sucede en un momento determinado es lo mejor que nos podía suceder para nuestra evolución personal en un momento dado; y lo que tenemos es lo que necesitamos; así que el contentamiento nos produce ecuanimidad, paz y felicidad. Al final es una cuestión de inteligencia: ama lo que haces, ama lo que tienes, ama a las personas con las que compartes tu vida, ama lo que te sucede en cada momento. Con esta actitud mental, ¿qué puede enturbiar nuestra felicidad?

3. Tapas: Significa ascetismo, austeridad, o autodisciplina. No hace falta ser un asceta, o hacer votos del tipo que sea. Simplemente significa que hay que procurarse una práctica y seguirla cada día con disciplina; que forme parte de la rutina diaria, como el comer el beber o el dormir. Empezar algo es facil, ya sea una actividad o una relación; lo realmente dificil es mantenerla en el tiempo, tener la suficiente perseverancia como para profundizar en ella, sin rendirse ante las primeras dificultades. Al final, la práctica constante lo convierte a uno en maestro, sea en la disciplina que sea; mas en este caso, al seguir fielmente las prácticas del Yoga, uno se convierte en Maestro con mayúsculas, en el arte de la Vida.

4. Swadhyaya: Estudio espiritual o metafísico. El conocimiento es poder, y si no conocemos nuestro objeto de estudio, las prácticas carecen de dirección y de profundidad. ¿Cuál es nuestro objeto de estudio? Nosotros mismos, el Ser, el Atman, el significado último de la existencia. "!Oh Hombre, conócete a ti mismo!" era la inscripción del frontispicio del santuario de Delfos. Esta ha sido siempre la máxima de la Gnosis, del conocimiento del Ser. El que no dedica tiempo al estudio de tales cuestiones, es un ignorante, y no lo digo en tono despectivo, sino con el significado de que ignorante es aquel que ignora algo, y si en este caso es un conocimiento relativo a él mismo, su ignorancia es aun más denostable.

5. Iswara Pranidhana: La rendición a lo absoluto, la devoción a Dios. Este tal vez sea el punto más conflictivo, especialmente hoy en día en nuestra cultura occidental. Consiste en rendir nuestras acciones a lo divino que mora en nosotros, en tener fe y devoción en Dios, o ese principio que subyace en todas las cosas, las ordena y les da un significado. En cualquier caso no es una fe ciega, sino una certidumbre que surge con la práctica. Una certeza en que hay algo más allá de la finita materia, algo que la transciende, la sostiene y la ordena. No estamos solos en nuestro viaje, y a pesar de que no tengamos conciencia de ello, tarde o temprano, el Iswara Pranidhana despierta en todo buscador sincero.

Estos son los cinco principios del Niyama

(Un poco de ironía)

- ¿Practicas Yoga?

- Sí, lo práctico en el polideportivo desde hace tres meses; mira como me doblo y como hago el pino. Creo que en tres meses más de práctica ya lo domino.

- Yo también, llevo una año ya practicándolo, creo que pronto haré un curso para ser profesor.

- El otro día leí un post sobre el Niyama.

- ¿Niyama? ¿Qué es eso?

El Yama


El Yoga lo puede practicar cualquier persona sin importar edad, sexo, raza, condición física, psicológica o social. Siempre y cuando surja en uno mismo el interés por practicarlo y no sea algo impuesto.


Practicar Yoga no es una obligación, sino un acto de voluntad consciente. 


No obstante, para iniciarse en una auténtica práctica del Yoga, hace falta un requisito: poseer desarrollada cierta moral natural. 


Según Patanjali, el gran sintetizador de las técnicas de Yoga, la práctica comienza en el primer peldaño de ascensión en la escalera de 8 peldaños (asthanga), al que se denomina Yama (moral natural), y termina en el Samadhi (iluminación).


Asthanga Yoga:

1. Yama
2. Niyama
3. Asana
4. Pranayama
5. Pratiahara
6. Dharana
7. Dhyana
8. Samadhi




El Yama se compone de cinco puntos. 


1. Ahimsa: No dañarnos a nosotros mismo, ni a otros seres vivos; a menos que sea estrictamente necesario. 


2. Satya: Ser veraces, auténticos. No engañar a los demás, y mucho menos a nosotros mismos. 


3. Asteya: No robar. No traicionar la confianza puesta en nosotros apropiándonos de lo ajeno. 


4. Bramhacharya: Moderación. No abusar de nada, buscando siempre el justo término medio; el equilibrio. 


5. Aparigraha: No codiciar. Buscar la sencillez de la vida y no pretender elevarnos por encima de nuestros semejantes. 


Con estos ingredientes en nuestro equipaje, estamos más que preparados para aventurarnos en la fascinante aventura del Yoga, que no es otra que la aventura de la Vida.

Fábula del deva y el demonio

A continuación expongo un fragmento del libro "Raja Yoga" de Swami Vivekananda; en el cual se relata la fábula del deva y el demonio, junto con una pequeña explicación del sabio Yogui. Vivekananda fue uno de los pioneros del Yoga en Occidente, y una de las máximas autoridades en Raja Yoga.


“... Refiere la leyenda que una vez acudieron un deva y un demonio a un sabio para que les
enseñara cuál era la naturaleza del Ser.
Ambos estudiaron largo tiempo con el sabio, quien al fin les dijo:
-Vosotros mismos sois el Ser que andáis buscando.
El deva y el demonio creyeron que sus cuerpos eran el verdadero Ser a que el sabio se
refería, y ambos se restituyeron a sus respectivas esferas, muy satisfechos, y dijeron a
sus compañeros:
- Hemos aprendido todo cuanto había que aprender. Comamos, bebamos y
holguémonos. Somos el Ser y nada hay más allá de nosotros mismos.
El demonio era por naturaleza ignorante, de mente oscura, y sin ulterior investigación
permaneció satisfecho con la idea de que el cuerpo era su verdadero ser.
Pero la naturaleza del deva era pura, y aunque al principio cometió el error de
identificarse con su cuerpo y entregarse a todo linaje de goces, no tardó en conjeturar
que no se había referido su sabio instructor al cuerpo, al decirles que ellos mismos eran
el Ser que andaban buscando, sino que debía de ser algo superior.
En consecuencia, recurrió de nuevo al sabio y le dijo:
- Señor; me enseñaste que este mi cuerpo era el verdadero Ser; pero yo veo que todos
los cuerpos mueren, y el Ser no puede morir.
El sabio le respondió:
- Conócete a ti mismo. Tú eres Aquello.
El deva regresó a su esfera creído de que la mente era el Ser; pero no tardó en observar
que los pensamientos eran variables, unas veces buenos, otras malos, y que la mente era
demasiado voluble e inconstante para que fuera el Ser.
El deva recurrió de nuevo al sabio y le dijo:
- Señor; no creo que la mente sea el Ser. Me dijiste que lo es.
El sabio repuso:
- No te dije tal. Conócete a ti mismo. Tú eres Aquello.
El deva regresó a su esfera y al fin reconoció que era el Ser más allá del cuerpo y de la
mente.
Así supo el deva que el espíritu, el verdadero Ser es eterno, sin nacimiento ni muerte,
que ni espada le hiere ni agua le moja ni fuego le abrasa ni aire le orea; que es infinito,
omnisciente, intangible, omnipotente y trasciende al cuerpo y a la mente.
De esta suerte quedó satisfecho, mientras que el pobre demonio no llegó a conocer la
verdad por su ciega afición al cuerpo.”

En este mundo hay muchos cuya naturaleza es semejante a la del demonio de la
leyenda, pero también hay algunos de la naturaleza del deva.

Si alguien enseña el modo de acrecentar la posibilidad de goces corporales, acudirán
muchísimos a escucharle, pero si se propone mostrar la senda que conduce a la meta
suprema, tendrá escasos oyentes.

Pocos son los capaces de comprender las cosas espirituales y menos todavía los que
tienen paciencia para alcanzarlas; pero hay algunos que saben que aun si el cuerpo
viviese mil años el resultado final sería el mismo.

El cuerpo físico cambia lenta e incesantemente y nadie es capaz de impedir ni por un
momento esta alteración de su cuerpo, que sin remedio ha de desintegrarse cuando
cesen las fuerzas que lo mantienen.

Dice el texto:

"Como sin cesar se mudan las aguas de un río, así se muda el cuerpo".
Sin embargo, se ha de conservar sano y robusto el cuerpo, porque es el mejor
instrumento de que disponemos..."

                                                            Fragmento del libro "Raja Yoga", de Swami Vivekananda

HATHA RAJA YOGA

El origen y significado del Yoga se pierde en la noche de los tiempos, y con el devenir de los siglos han aparecido miles de líneas, de maestros y de interpretaciones. Yo no sé cuál es el origen del Yoga, ni qué significa exactamente la palabra hatha, ni tan siquiera sé cual es a ciencia cierta el estilo o línea de Yoga que sigo. Sí sé que mi estilo está dentro del raja y del hatha Yoga, pero mejor llamarlo Yoga (a secas), para no perdernos en los nombres, ni en las interpretaciones que de ellos pudieran derivarse.

Lo que se sabe de cierto, dejando de lado toda demás interpretación mística o supersticiosa, es que el primer gran maestro, y sintetizador del Yoga fue Patanjali, un sabio que vivió en la India en el siglo tercero antes de Cristo, aproximadamente; y su obra maestra son los Yoga Sutras, un compendio de cuatro volúmenes donde se explica la Ciencia del Yoga en breves y sintéticas frases (sutras). Tiene orígenes Védicos, y es uno de los seis sistemas de pensamiento (dharsanas) del Hinduismo; y sus mayores fuentes de influencia son el Bhagavad Guita y algunos Upanishads.

Patanjali sintetizó el Yoga en ocho peldaños, por eso se le conoce como Asthanga (ocho pies) Yoga, o Raja Yoga (Yoga Real, o de reyes).

                   1- Yama (observancias hacia los demás)
                   2- Niyama (observancias hacia uno mismo)
                   3- Asana (Postura física o ejercicio físico)
                   4-Pranayama (Control de la respiración o de la energía)
                   5- Pratiahara (Control de los sentidos)
                   6-  Dharana (Concentración)
                   7-Dhyana (Meditación)
                   8-Samadhi (Realización)

Los Yoga Sutras de Patanjali son una de las obras cumbres de la humanidad en cuanto a conocimiento y estudio de la psique humana; su estudio es de lo más recomendable junto con el Bhagavad-Guita. En este blog iremos poniendo posts sobre tales asuntos.
Hatha Raja Yoga

Una cosa importante se ha de decir: Patanjali no da ninguna instrucción sobre ejercicios físicos ni de respiración, aparte de unas breves y sencillas recomendaciones. El Yoga que se conoce hoy en día con sus ejercicios físicos característicos no aparece hasta el siglo XIV, cuando Swatmarama publica el Hatha Yoga Pradipika (Luz sobre el Hatha Yoga), que es la primera y más importante obra escrita sobre el Hatha Yoga.  Si antes de Swatmarama se practicaban las técnicas de hatha yoga, lo ignoro, a fuentes escritas me remito. Hay quien afirma que el Yoga tiene doce mil años (en plena edad de piedra); y quien dice que en Mohenjo Daro y Harappa se hacían asanas en el 4000 A.C. No lo sé. Yoga Sutras siglo III A.C.; Hatha Yoga Pradipika siglo XIV D.C. Esto es lo que hay documentado… 

Hatha tiene muchos significados: etimológicamente significa forzar, violentar o perseverar. Algunos dicen que Ha significa Sol, y Tha Luna; y que el objetivo del hatha yoga es el de equilibrar la energía del cuerpo, la polaridad de ida y pingala para alcanzar el equilibrio; pero etimológicamente no tiene ningún parecido, por lo que parece un añadido a conveniencia a posteriori. Sinceramente, no tengo ni idea de cuál será su significado. El Hatha Yoga tiene influencias tántricas-shivaíticas, y difiere en parte de la visión védica de Patanjali. La clave está en integrarlos bien.

En fin, de Swatmarama y Gheranda (otro maestro posterior) provienen la mayoría de técnicas que conocemos hoy en día, especialmente en lo que se refiere a asanas y pranayama, y posteriormente han habido adiciones tales como el "Saludo al Sol", y otra serie de ejercicios específicos.

En el siglo XX, un gran maestro de Yoga apareció en occidente, dando una amplia difusión al Raja y al Hatha Yoga, con un toque peculiar; se trataba de  Swami Vishnudevananda, discípulo de Swami Sivananda. Una mezcla de Raja Hatha Yoga con marcado acento védico e hinduista, pero con un concepto fabuloso de cinco principios.

1.      Alimentación adecuada
2.      Respiración adecuada
3.      Ejercicio adecuado
4.      Descanso adecuado
5.      Pensamiento positivo y meditación (cultivo de la mente)

Así, en el siglo XXI, con estos cinco principios se puede sintetizar todo lo demás, adecuando la práctica a las necesidades de cada persona; sin dogmatismos, sin supersticiones, sin líneas rígidas, sin mortificaciones ni austeridades, utilizando lo mejor de todas las técnicas que conocemos, utilizando el sentido común y la inteligencia. Estamos en el tercer milenio, donde la ciencia occidental ha de fusionarse con la sabiduría oriental, pero de forma inteligente, sin fanatismos; adaptándose, o adecuándose (para hacer justicia a los cinco principios) al tiempo y al lugar; con la mente y el corazón abiertos. Poco importa de dónde viene y cuáles fueron las motivaciones iniciales de la fundación del Yoga; lo importante es qué hacemos con él en este tiempo que nos ha tocado vivir, y como lo aplicamos a nuestra vida.

¿Qué tipo de Yoga haces? Pues Yoga a secas; Yoga de unión, Yoga de síntesis; Yoga ecléctico (que asimila lo mejor de cada sistema); Yoga inteligente. Aprender a respirar bien, mantener el cuerpo en condiciones mediante un ejercicio moderado, aprender a relajar y soltar tensiones, y cultivar la mente mediante el estudio, la meditación y el pensamiento positivo. ¿Para qué? Para llevar una vida más rica y plena, y poco a poco conocer quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, alcanzando la Realización del Ser, la mayor empresa que puede lograr el ser humano. Pero todo esto hecho con libertad, sin miedo, sin dogmas, sin estructuras cerradas, sin instituciones religiosas, sin Gurús, sin mamarrachos, sin hipócritas que nos digan lo que tenemos que hacer y cómo lo tenemos que hacer, sin fronteras, sin límites… El presente es nuestro; el camino lo hacemos andando; somos los gobernantes y los jueces de nuestra vida.

Yoga Sutra nº 7


"La base del conocimiento correcto es: percepción directa, razonamiento adecuado y testimonio verdadero."


Los Yoga Sutras de Patanjali son los más antiguos aforismos sobre Yoga, y tal vez los más sabios que se conocen. Patanjali fue el primero, a saber, en sintetizar las técnicas de Yoga y unificarlas. Sus aforismos, o sutras, son probablemente la mayor obra de Yoga jamás escrita.
El presente sutra que hoy analizamos es el número siete, uno de mis favoritos.
 
Todo conocimiento en esta vida, ya sea sublime o mundano, ha de apoyarse necesariamente en una de estas tres premisas, aunque lo ideal sería que se viera confirmado por las tres al mismo tiempo.

El conocimiento del Yoga, que es la unión con la más pura esencia de nosotros mismos, proviene fundamentalmente de fuentes escritas y no escritas (transmitidas oralmente de maestro a discipulo durante lustros generacionales).

Así, la primera tarea es contrastar si el testimonio es verídico, pues no por el hecho de estar impreso o ser transmitido por un maestro, implica que ya sea verdadero. Los dogmas de fe, y la "palabra de Dios", no pueden aceptarse por que sí. Insisto, la fuente ha de ser verídica.
Después hay que usar el razonamiento adecuado, para llegar a la verdad a través de la razón y del sentido común, que es a su vez el menos común de los sentidos. Muchas verdades, científicas especialmente, se ven vislumbradas por el poder del intelecto, para discriminar la Verdad de la No-Verdad. Mediante la inducción, la deducción y el silogismo, aun sin haber visto, se puede llegar a la Verdad. Si algo desafía el sentido común... por lo general hay que sospechar. E igualmente, como decia Guillermo de Ockham: "Cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja".

Por último, tenemos la percepción directa, que se da únicamente cuando somos testigos directos del hecho en cuestión; cuando podemos dar fe de que eso es así, por que los hemos conocido a través de la percepción directa. La meditación nos lleva al conocimiento del ser, pues contemplamos en percepción directa nuestro objeto de meditación: el Ser, el luminoso y radiante Atman. "Lo he visto con mis propios ojos", a través de mi "ojo interno", he comprendido tal principio, y doy fe de ello.

Pero como decía al principio, si la percepción directa se corresponde con los que nos dice el intelecto, y coincide con el testimonio de fuentes verídicas; entonces no hay duda de que se trata de un conocimiento correcto.

Por poner un ejemplo, trataremos el caso de la reencarnación; esa hipótesis en la cual el alma del ser humano es inmortal, sobrevive a la muerte del cuerpo físico y hace que tengamos un sinnumero de vidas humanas en diferentes cuerpos, lugares y épocas, con el objetivo de ir acumulando experiencias para lograr la Realización, y no después de pocos avatares, volver a reintegrarnos con la fuente Universal de la que originalmente manamos, en la noche de los tiempos.

Numerosos textos de todas las culturas, así como maestros, santos y místicos de todas las religiones avalan este hecho con su testimonio.  ¿Y que nos dice la razón sobre ello? ¿No nos dice acaso el sentido común, que si nuestro viaje se acaba con la muerte del cuerpo físico, sin posibilidad alguna de volver a vivir, todo es en extremo absurdo? ¿No sería la vida una broma de muy mal gusto, si todos nuestros logros se vieran interrumpidos y acallados por el negro abrazo de la muerte? Mi sentido común lo tiene muy claro, y usando mi intelecto puedo llegar a las mismas conclusiones que los sabios de antaño.

Mas aún queda verificado cuando somos conscientes de este hecho a través de la percepción directa. Cuando nuestros cuerpos físicos mueran, todos seremos conscientes de este hecho, al observarlo en percepción directa. Empero se puede tener percepción directa de este hecho sin morir; a través de la meditación y con la práctica, va surgiendo en uno la certeza de que esto es así; no se puede razonar con palabras pues no atañe al dominio de la mente, pero el conocimiento se revela.

Ya sabeis, para cualquier cosa, usar estos tres principios. No hay que ser ni crédulos ni radicalmente escépticos. Abre tu mente y tu corazón.

BENEFICIOS DEL YOGA



Cada vez que oferto la enseñanza del Yoga, ya sea en escuelas, polideportivos, gimnasios, centros cívicos, asociaciones, empresas, colegios, etc, tengo que argumentar los beneficios que aporta la práctica de esta milenaria disciplina.

Tal vez lo que más gancho tenga sean los beneficios físicos, enfocados a la salud y a la mejora de la forma física. Es innegable que las técnicas psicofísicas del Yoga contribuyen notablemente a la mejora de la movilidad articular, la elasticidad muscular y de los tendones, la flexibilidad de la columna, la tonificación de los músculos y del corazón, y a la estimulación de las glándulas endocrinas, entre otras cosas. Todos estos hechos están contrastados desde hace décadas por especialistas de la salud. Es más, muchos médicos recomiendan a sus pacientes la práctica del Yoga por los beneficios antes citados.
Los beneficios del yoga

Después tenemos los beneficios que otorga a la hora de controlar y manejar el estrés y sus derivados: ansiedad, depresión, insomnio. El Yoga tiene entre sus técnicas herramientas para disminuir estos perniciosos males que asolan a tantas personas en nuestra sociedad. Técnicas de respiración, concentración y relajación son muy útiles para equilibrar el sistema nervioso (central y autónomo). Aprender a relajarse es una de las máximas del Yoga.

Y por último, y aunque menos solicitada pero no por ello menos importante, esta el motivo espiritual o transcendental. Muchas personas sienten en su vida un gran vacío existencial o crisis espirituales que no saben como llenar. El Yoga, que ante todo es un sistema filosófico de pensamiento, ha tenido desde sus orígenes esta finalidad: la de responder a las eternas preguntas de la Vida, o por lo menos intentarlo. No hace falta ser creyente, ni religioso para intentar dar respuesta a estas cuestiones. Todos los hombres de todas las épocas han sentido esta inquietud y han tratado de darle remedio, de una manera u otra. El Yoga, aparte de su filosofía, posee técnicas para hallar estas ecuménicas verdades en nuestro corazón. No es fácil ni rápido hollar tal sendero, mas cualquier buscador sincero puede obtener grandes beneficios del Yoga y sus técnicas. Ni que decir tiene que la meditación es la técnica suprema para esta índole; la meditación es la "Piedra Filosofal" que transmuta el plomo de nuestra ignorancia en el oro de la sabiduría.

En fín, sobran los motivos para recomendar la práctica del Yoga; y un servidor está a la disposición de todo el interesado en iniciar o profundizar en este arte milenario.

¿Para qué sirve el Yoga?

El Yoga sirve, sobre todo, para ser tú mismo. 

El Yoga sirve, para conocer cómo funciona nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestra mente; y a raiz de este conocimiento, para adquirir poder sobre ellos.


El Yoga sirve, para dar un sentido a nuestra vida, haciendo que una vez encontrado este sentido, todo lo que hagamos tenga realmente sentido. 

El Yoga sirve, para armonizar y equilibrar nuestro cuerpo, desprendiéndose de su práctica: Salud y Belleza.

El Yoga sirve, para armonizar y equilibrar nuestras emociones, desprendiéndose de su práctica: Paz y Bondad

El Yoga sirve, para armonizar y equilibrar nuestra mente, desprendiéndose de su práctica: Verdad

El Yoga sirve, para elevar la autoestima y el amor propio, y por consiguiente, para fomentar las relaciones con nuestros semejantes. 

El Yoga sirve, para sembrar en el Presente las buenas semillas que en el futuro nos permitan cosechar Prosepridad Material y Espiritual

El Yoga sirve, para encontrar el camino de vuelta a Casa; ese que se encuentra en el interior de nuestros corazones. 

El Yoga sirve, en definitiva, para lograr una vida más Plena y Feliz; irradiando esa vibración positiva hacia todo aquello que nos rodea. 

El Yoga sirve, para realizar la empresa más granda que puede realizar el Ser Humano: SER REALMENTE HUMANOS.

¿CÓMO ES UNA CLASE DE YOGA?

¿Llegas tarde del trabajo a casa? ¿Estresado? ¿Sin ganas de ir al gimnasio o de volver a salir de casa? ¿Tienes un espacio libre en tu domicilio? Lo primero que haremos será desconectar de todo, relajar el cuerpo y hacer unas respiraciones yóguicas para oxigenar el cuerpo y calmar las emociones. 

Después haremos unos ejercicios psicofísicos destinados a liberar tensiones físicas y mantener el cuerpo en oṕtimas condiciones con las más que contrastadas benéficas asanas (ejercicios yóguicos). 

Por último una buena relajación dirigida para acabar de liberar todas aquellas tensiones físicas, emocionales y mentales que nos aprisionan cual grilletes y nos impiden ser del todo felices.

¿Cómo es una clase de Yoga?


¿Requisitos para practicar Yoga? Sólo uno: desear practicarlo. El Yoga se adapta a la persona, y según sea tu condición física o estado de salud haremos una rutina u otra, siempre siguiendo las directrices del sentido común y no forzando nunca las capacidades de uno mismo.

Todos deseamos ser felices, y para ello es necesario cultivar la salud, las emociones, los pensamientos positivos y el conocimiento de uno mismo; sin ascetismos, sin mortificaciones, sin rutinas demasiado exigentes, sin renunciar al mundo, sin cambiar de vida, sin reprimir, sin negar, sin ocultar, sin fingir, sin aparentar... Simplemente añadiendo a tu vida aquello que le falta para estar mejor: un poco de conocimiento, un poco de ejercicio, un poco de relajación, un poco de buen humor, un poco de autoconsciencia.

La duración de la sesión puede variar de 20 a 90 minutos, dependiendo de tu disponibilidad, aunque las clases tradicionales suelen durar 60 o 90 minutos.

A continuación ponemos un ejemplo de lo que sería una clase de 90 minutos:

- 5-10 minutos de teoría: El conocimiento es poder, y si no conocemos cómo funciona nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestra mente, y lo que hay más allá de la mente, difícilmente podremos ser dueños de nosotros mismos, por mucha práctica que hagamos; y es que, la acción sin dirección no da el fruto esperado. Uno puede cavar con pasión y determinación una zanja en busca de un tesoro, pero si no sabe el lugar exacto dónde cavar, está perdiendo el tiempo.

- 10-15 minutos de técnicas de respiración (pranayama): Aprender a respirar correctamente y aprovechar todo el potencial que brinda la respiración es una deuda pendiente que todos tenemos, y que no valoramos en su justa medida. Hemos aprendido de todo en el colegio, pero nadie nos ha enseñado a respirar, porque se supone que ya nacemos aprendidos; nada más lejos. La respiración adecuada favorece los procesos anabólicos y catabólicos de las células de nuestro cuerpo, ayudando a la síntesis y a eliminar toxinas; al igual que a ventilar los pulmones, fortalecer la musculatura toráccica, y un sinnúmero de ventajas adicionales; esto sólo en el plano físico. En el plano emocional, la respiración ayuda a equilibrar el sistema nervioso, facilitando la liberación de tensiones emocionales y generando paz interior. El pranayama posee otra serie de beneficios que no nombraremos por ahora.

- 40-45 minutos de ejercicios corporales (asanas): "No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma", decía un sabio filósofo; y es que desde antaño, el ejercicio físico a formado parte de filósofos, monjes, ascetas, yoguis, y todo ser sensato e inteligente que se precie. El cuerpo es la herramienta con la que trabajamos en este plano físico y hay que mantenerla afilada mediante el ejercicio moderado. Los ejercicios de Yoga son suaves, y enfocados especialmente a obtener una máxima flexibilidad de la columna vertebral (el pilar central del cuerpo). Movilidad articular, elasticidad muscular, flexibilidad de la columna y articulaciones, tonificación ligera del corazón, inversiones de la polaridad del cuerpo, estimulación de las glándulas endocrinas..., he aquí el enfoque de las técnicas del Yoga. El Yoga tal vez no "esculpa" su cuerpo como otros ejercicios más intensos tales como el fitness, el culturismo, el atletismo, la natación, etc, pero de seguro lo mantendrá sano y equilibrado, en lo que se ve y en lo que no se ve. Las técnicas de Yoga ante todo son inteligentes.

- 15-20 minutos de relajación final: Después del trabajo previo, hay que acabar la clase con una buena relajación; soltando todas las tensiones (físicas, emocionales, mentales...). Relajarse no sólo es tumbarse y ya está; hay que aprender a soltar voluntariamente todas las tensiones; aprender a confiar en la vida y soltar las riendas, para que la corriente regeneradora de la sabiduría innata del cuerpo actúe sobre nosotros. El estrés es la enfermedad del siglo XXI, y no hay mayor remedio que la relajación. Relajarse no es perder el tiempo, es una técnica importantísima que hay que aprender y practicar.

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