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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




Yoga Sutra nº 7


"La base del conocimiento correcto es: percepción directa, razonamiento adecuado y testimonio verdadero."


Los Yoga Sutras de Patanjali son los más antiguos aforismos sobre Yoga, y tal vez los más sabios que se conocen. Patanjali fue el primero, a saber, en sintetizar las técnicas de Yoga y unificarlas. Sus aforismos, o sutras, son probablemente la mayor obra de Yoga jamás escrita.
El presente sutra que hoy analizamos es el número siete, uno de mis favoritos.
 
Todo conocimiento en esta vida, ya sea sublime o mundano, ha de apoyarse necesariamente en una de estas tres premisas, aunque lo ideal sería que se viera confirmado por las tres al mismo tiempo.

El conocimiento del Yoga, que es la unión con la más pura esencia de nosotros mismos, proviene fundamentalmente de fuentes escritas y no escritas (transmitidas oralmente de maestro a discipulo durante lustros generacionales).

Así, la primera tarea es contrastar si el testimonio es verídico, pues no por el hecho de estar impreso o ser transmitido por un maestro, implica que ya sea verdadero. Los dogmas de fe, y la "palabra de Dios", no pueden aceptarse por que sí. Insisto, la fuente ha de ser verídica.
Después hay que usar el razonamiento adecuado, para llegar a la verdad a través de la razón y del sentido común, que es a su vez el menos común de los sentidos. Muchas verdades, científicas especialmente, se ven vislumbradas por el poder del intelecto, para discriminar la Verdad de la No-Verdad. Mediante la inducción, la deducción y el silogismo, aun sin haber visto, se puede llegar a la Verdad. Si algo desafía el sentido común... por lo general hay que sospechar. E igualmente, como decia Guillermo de Ockham: "Cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja".

Por último, tenemos la percepción directa, que se da únicamente cuando somos testigos directos del hecho en cuestión; cuando podemos dar fe de que eso es así, por que los hemos conocido a través de la percepción directa. La meditación nos lleva al conocimiento del ser, pues contemplamos en percepción directa nuestro objeto de meditación: el Ser, el luminoso y radiante Atman. "Lo he visto con mis propios ojos", a través de mi "ojo interno", he comprendido tal principio, y doy fe de ello.

Pero como decía al principio, si la percepción directa se corresponde con los que nos dice el intelecto, y coincide con el testimonio de fuentes verídicas; entonces no hay duda de que se trata de un conocimiento correcto.

Por poner un ejemplo, trataremos el caso de la reencarnación; esa hipótesis en la cual el alma del ser humano es inmortal, sobrevive a la muerte del cuerpo físico y hace que tengamos un sinnumero de vidas humanas en diferentes cuerpos, lugares y épocas, con el objetivo de ir acumulando experiencias para lograr la Realización, y no después de pocos avatares, volver a reintegrarnos con la fuente Universal de la que originalmente manamos, en la noche de los tiempos.

Numerosos textos de todas las culturas, así como maestros, santos y místicos de todas las religiones avalan este hecho con su testimonio.  ¿Y que nos dice la razón sobre ello? ¿No nos dice acaso el sentido común, que si nuestro viaje se acaba con la muerte del cuerpo físico, sin posibilidad alguna de volver a vivir, todo es en extremo absurdo? ¿No sería la vida una broma de muy mal gusto, si todos nuestros logros se vieran interrumpidos y acallados por el negro abrazo de la muerte? Mi sentido común lo tiene muy claro, y usando mi intelecto puedo llegar a las mismas conclusiones que los sabios de antaño.

Mas aún queda verificado cuando somos conscientes de este hecho a través de la percepción directa. Cuando nuestros cuerpos físicos mueran, todos seremos conscientes de este hecho, al observarlo en percepción directa. Empero se puede tener percepción directa de este hecho sin morir; a través de la meditación y con la práctica, va surgiendo en uno la certeza de que esto es así; no se puede razonar con palabras pues no atañe al dominio de la mente, pero el conocimiento se revela.

Ya sabeis, para cualquier cosa, usar estos tres principios. No hay que ser ni crédulos ni radicalmente escépticos. Abre tu mente y tu corazón.

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