¿Llegas tarde del trabajo a casa? ¿Estresado? ¿Sin ganas de ir al gimnasio o de volver a salir de casa? ¿Tienes un espacio libre en tu domicilio? Lo primero que haremos será desconectar de todo, relajar el cuerpo y hacer unas respiraciones yóguicas para oxigenar el cuerpo y calmar las emociones.
Después haremos unos ejercicios psicofísicos destinados a liberar tensiones físicas y mantener el cuerpo en oṕtimas condiciones con las más que contrastadas benéficas asanas (ejercicios yóguicos).
Por último una buena relajación dirigida para acabar de liberar todas aquellas tensiones físicas, emocionales y mentales que nos aprisionan cual grilletes y nos impiden ser del todo felices.
Después haremos unos ejercicios psicofísicos destinados a liberar tensiones físicas y mantener el cuerpo en oṕtimas condiciones con las más que contrastadas benéficas asanas (ejercicios yóguicos).
Por último una buena relajación dirigida para acabar de liberar todas aquellas tensiones físicas, emocionales y mentales que nos aprisionan cual grilletes y nos impiden ser del todo felices.
¿Requisitos para practicar Yoga? Sólo uno: desear practicarlo. El Yoga se adapta a la persona, y según sea tu condición física o estado de salud haremos una rutina u otra, siempre siguiendo las directrices del sentido común y no forzando nunca las capacidades de uno mismo.
Todos deseamos ser felices, y para ello es necesario cultivar la salud, las emociones, los pensamientos positivos y el conocimiento de uno mismo; sin ascetismos, sin mortificaciones, sin rutinas demasiado exigentes, sin renunciar al mundo, sin cambiar de vida, sin reprimir, sin negar, sin ocultar, sin fingir, sin aparentar... Simplemente añadiendo a tu vida aquello que le falta para estar mejor: un poco de conocimiento, un poco de ejercicio, un poco de relajación, un poco de buen humor, un poco de autoconsciencia.
La duración de la sesión puede variar de 20 a 90 minutos, dependiendo de tu disponibilidad, aunque las clases tradicionales suelen durar 60 o 90 minutos.
A continuación ponemos un ejemplo de lo que sería una clase de 90 minutos:
- 5-10 minutos de teoría: El conocimiento es poder, y si no conocemos cómo funciona nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestra mente, y lo que hay más allá de la mente, difícilmente podremos ser dueños de nosotros mismos, por mucha práctica que hagamos; y es que, la acción sin dirección no da el fruto esperado. Uno puede cavar con pasión y determinación una zanja en busca de un tesoro, pero si no sabe el lugar exacto dónde cavar, está perdiendo el tiempo.
- 10-15 minutos de técnicas de respiración (pranayama): Aprender a respirar correctamente y aprovechar todo el potencial que brinda la respiración es una deuda pendiente que todos tenemos, y que no valoramos en su justa medida. Hemos aprendido de todo en el colegio, pero nadie nos ha enseñado a respirar, porque se supone que ya nacemos aprendidos; nada más lejos. La respiración adecuada favorece los procesos anabólicos y catabólicos de las células de nuestro cuerpo, ayudando a la síntesis y a eliminar toxinas; al igual que a ventilar los pulmones, fortalecer la musculatura toráccica, y un sinnúmero de ventajas adicionales; esto sólo en el plano físico. En el plano emocional, la respiración ayuda a equilibrar el sistema nervioso, facilitando la liberación de tensiones emocionales y generando paz interior. El pranayama posee otra serie de beneficios que no nombraremos por ahora.
- 40-45 minutos de ejercicios corporales (asanas): "No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma", decía un sabio filósofo; y es que desde antaño, el ejercicio físico a formado parte de filósofos, monjes, ascetas, yoguis, y todo ser sensato e inteligente que se precie. El cuerpo es la herramienta con la que trabajamos en este plano físico y hay que mantenerla afilada mediante el ejercicio moderado. Los ejercicios de Yoga son suaves, y enfocados especialmente a obtener una máxima flexibilidad de la columna vertebral (el pilar central del cuerpo). Movilidad articular, elasticidad muscular, flexibilidad de la columna y articulaciones, tonificación ligera del corazón, inversiones de la polaridad del cuerpo, estimulación de las glándulas endocrinas..., he aquí el enfoque de las técnicas del Yoga. El Yoga tal vez no "esculpa" su cuerpo como otros ejercicios más intensos tales como el fitness, el culturismo, el atletismo, la natación, etc, pero de seguro lo mantendrá sano y equilibrado, en lo que se ve y en lo que no se ve. Las técnicas de Yoga ante todo son inteligentes.
- 15-20 minutos de relajación final: Después del trabajo previo, hay que acabar la clase con una buena relajación; soltando todas las tensiones (físicas, emocionales, mentales...). Relajarse no sólo es tumbarse y ya está; hay que aprender a soltar voluntariamente todas las tensiones; aprender a confiar en la vida y soltar las riendas, para que la corriente regeneradora de la sabiduría innata del cuerpo actúe sobre nosotros. El estrés es la enfermedad del siglo XXI, y no hay mayor remedio que la relajación. Relajarse no es perder el tiempo, es una técnica importantísima que hay que aprender y practicar.
La duración de la sesión puede variar de 20 a 90 minutos, dependiendo de tu disponibilidad, aunque las clases tradicionales suelen durar 60 o 90 minutos.
A continuación ponemos un ejemplo de lo que sería una clase de 90 minutos:
- 5-10 minutos de teoría: El conocimiento es poder, y si no conocemos cómo funciona nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestra mente, y lo que hay más allá de la mente, difícilmente podremos ser dueños de nosotros mismos, por mucha práctica que hagamos; y es que, la acción sin dirección no da el fruto esperado. Uno puede cavar con pasión y determinación una zanja en busca de un tesoro, pero si no sabe el lugar exacto dónde cavar, está perdiendo el tiempo.
- 10-15 minutos de técnicas de respiración (pranayama): Aprender a respirar correctamente y aprovechar todo el potencial que brinda la respiración es una deuda pendiente que todos tenemos, y que no valoramos en su justa medida. Hemos aprendido de todo en el colegio, pero nadie nos ha enseñado a respirar, porque se supone que ya nacemos aprendidos; nada más lejos. La respiración adecuada favorece los procesos anabólicos y catabólicos de las células de nuestro cuerpo, ayudando a la síntesis y a eliminar toxinas; al igual que a ventilar los pulmones, fortalecer la musculatura toráccica, y un sinnúmero de ventajas adicionales; esto sólo en el plano físico. En el plano emocional, la respiración ayuda a equilibrar el sistema nervioso, facilitando la liberación de tensiones emocionales y generando paz interior. El pranayama posee otra serie de beneficios que no nombraremos por ahora.
- 40-45 minutos de ejercicios corporales (asanas): "No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma", decía un sabio filósofo; y es que desde antaño, el ejercicio físico a formado parte de filósofos, monjes, ascetas, yoguis, y todo ser sensato e inteligente que se precie. El cuerpo es la herramienta con la que trabajamos en este plano físico y hay que mantenerla afilada mediante el ejercicio moderado. Los ejercicios de Yoga son suaves, y enfocados especialmente a obtener una máxima flexibilidad de la columna vertebral (el pilar central del cuerpo). Movilidad articular, elasticidad muscular, flexibilidad de la columna y articulaciones, tonificación ligera del corazón, inversiones de la polaridad del cuerpo, estimulación de las glándulas endocrinas..., he aquí el enfoque de las técnicas del Yoga. El Yoga tal vez no "esculpa" su cuerpo como otros ejercicios más intensos tales como el fitness, el culturismo, el atletismo, la natación, etc, pero de seguro lo mantendrá sano y equilibrado, en lo que se ve y en lo que no se ve. Las técnicas de Yoga ante todo son inteligentes.
- 15-20 minutos de relajación final: Después del trabajo previo, hay que acabar la clase con una buena relajación; soltando todas las tensiones (físicas, emocionales, mentales...). Relajarse no sólo es tumbarse y ya está; hay que aprender a soltar voluntariamente todas las tensiones; aprender a confiar en la vida y soltar las riendas, para que la corriente regeneradora de la sabiduría innata del cuerpo actúe sobre nosotros. El estrés es la enfermedad del siglo XXI, y no hay mayor remedio que la relajación. Relajarse no es perder el tiempo, es una técnica importantísima que hay que aprender y practicar.