Las
asanas son el corazón de las técnicas de Yoga; tal vez la tarjeta
de presentación del Yoga en occidente.
Las
asanas son lo que se conoce como “posturas”, “ejercicios
físicos” o “estiramientos” dentro de la práctica del Yoga.
Sí, la postura de “la vela”, “el pino”, “el loto” y “el
saltamontes” son todos ellos asanas del Yoga.
Las
asanas son el tercer escalón del Yoga de Patanjali o Asthanga Yoga, y
me atrevo a afirmar que es el escalón más conocido y más buscado
por todos aquellos que se interesan en la práctica del Yoga. Es lo
que se conoce como “Voy a apuntarme al polideportivo a hacer Yoga,
a ver si me estiro un poco la espalda que estoy muy duro”.
Veamos
qué dice Patanjali, el gran maestro de Yoga de todos los tiempos,
autor de los Yoga Sutras, sobre las asanas:
Libro
II: Sadhana Pada
Sutra
46: Sthira
sukham āsanam
La
asana ha de ser firme y cómoda.
Sutra
47:
Prayatna
śaithilya ananta samāpattibhyām
La
postura se domina eliminando la tensión y meditando en lo ilimitado.
Sutra
48: Tataḥ
dvandvāḥ anabhighātaḥ
Conquistada
la postura, los pares de opuestos no influyen.
Y
esto es todo amigos, no hay más referencias a la asana en el texto
de Yoga más importante de la historia. ¿De dónde han surgido
entonces las miríadas de posturas que pululan por la ingente
cantidad de libros y páginas web que pueblan nuestro mundo? ¿Por
qué el gran Patanjali les dedica tan poca tinta? No
lo sé.
El
primer texto que describe asanas es el Hatha Yoga Pradipika (lo puedes leer en el "área de descargas"), escrito
en el siglo XV por Swatmarama, en el cual se describen vagamente
algunas de las principales asanas y pranayamas, sin fotos sobre la
técnica (evidente por ser el siglo XV) y cargado hasta las trancas
de misticismo y de promesas de poderes mágicos y larga vida. El
siguiente texto es el Geranda Samhita (siglo XVII), similar al
primero pero quizás algo más extenso.
Después
surgen más textos y es en el siglo XX cuando se produce la eclosión
del Yoga en occidente con la irrupción de maestros de notable talla, tales como Vivekananda, Sivananda, Vishnudevananda, Yogananda, etc,
que son los pioneros y los que introducen las técnicas de Yoga
celosamente guardas durante milenios en la cultura críptica de la
India.
Esto
en cuanto a fuentes escritas, en cuanto a fuentes no escritas la cosa
cambia, ya que el Yoga es una tradición eminentemente oral,
transmitida mediante el sistema Guru-Kala (Maestro-Discípulo) desde
tiempos inmemoriales.
Dónde,
cuándo y quién ideó o desarrolló las diferentes posturas de Yoga
que conocemos en la actualidad, lo ignoro. Lo que sé de cierto es
que las asanas funcionan, son universales y producen notables
beneficios en el organismo humano. No sólo estiran los músculos,
sino que regulan el sistema hormonal, linfático, circulatorio,
nervioso y dicen también que energético. Su práctica resulta
saludable y muy recomendable para cualquier individuo de cualquier
edad, etnia o condición social.
¿Por
qué son buenas? ¿Por qué se inventaron? En
primer lugar hay que tener claro que el Yoga en sus orígenes era un
sistema filosófico, cuya meta u objetivo era alcanzar la unión con
lo Absoluto. Su técnica primera y más importante era la meditación
(de la que ya hablaremos largo y tendido), pero los grandes maestros
se dieron cuenta, al igual que Pitágorás y Platón, que para tener
la mente en forma era necesario también poseer un cuerpo en forma, y
como seres inteligentes que eran, comenzaron a desarrollar una
disciplina formada por ejercicios psicofísicos. “No hagas de tu
cuerpo la tumba de tu alma”, decía Pitágoras. “Domina la asana
para equilibrar la energía y que los pares de opuestos (dualidad) no
obstaculicen la consecución de la Unidad”, dice el Yoga. “Haz un
ejercicio moderado para mantener la salud”, dice la medicina
moderna.
En
fin, que hacer ejercicio es bueno, y más aún las técnicas harto
contrastadas por su eficacia que ofrece el Yoga, que trabajan de forma
suave y progresiva el cuerpo, fortaleciéndolo y manteniéndolo sano.
Es más que evidente que el ser humano necesita del ejercicio físico,
y más aún si este propio ejercicio le ayuda a equilibrar su sistema
nervioso tal como lo hacen las asanas.
Se
puede decir mucho más, y lo diremos en otros posts, sobre las
asanas, unas técnicas valederas del seudónimo de “Patrimonio de
la Humanidad”.
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