Falta de discernimiento o conocimiento incorrecto es confundir lo real con lo irreal; la Verdad con la No-Verdad; la esencia con la forma.
La base de la ignorancia radica en el concepto de confundir lo real con lo irreal, y esto es producido por la falta de discernimiento. Podemos conocer una infinidad de cosas, mas si somos incapaces de distinguir la Verdad de la No-Verdad, nada importante sabemos.
El ser humano se jacta de su inteligencia y de su superioridad, y en cambio está totalmente atrapado en el velo de la ilusión sin ser consciente de ello. Creemos que vivimos en una época donde la ciencia es capaz de explicarlo todo y donde la tecnología tiene un desarrollo sin precedente; craso error.
El Universo es una construcción mental, esto es, nosotros no percibimos el Universo tal y como es, sino como nuestra mente nos cuenta que es; y este "cuento", nos lo cuenta la mente (valga la redundancia) con los datos que provienen de nuestros limitados cinco sentidos. Es importante ser conscientes de este hecho. El ser humano común sólo percibe los estímulos de cinco sentidos y es capaz de moverse en cuatro dimensiones: las tres espaciales más el tiempo. ¡Qué poco sabemos del Universo, y cuánto nos creemos que sabemos!
La ignorancia es la raíz de todos los males, es la oscuridad que oculta la Verdad; es lo que nos hace esclavos de nosotros mismos. Confundimos la realidad y nos identificamos con la No-Verdad; olvidamos el significado último de la existencia y el por qué y el para qué estamos aquí. Y repito, encima creemos que lo sabemos todo. Basamos nuestra civilización, nuestros objetivos de vida y nuestro esfuerzo en lo que la mente nos cuenta con los limitadísimos datos provinientes de cinco sentidos, y nos creemos con autoridad para afirmar las cosas de forma categórica. Afirmamos que Dios no existe, que la muerte es un fin inexorable, que nuestros conocimientos científicos dan explicación a todo, que el alma está en el cerebro, que no hay vida inteligente aparte de nosotros, que venimos del mono, que la vida surgió por casualidad en un caldo de cultivo, que somos la civilización más avanzada que ha pisado la Tierra, que la Luna siempre ha estado ahí de forma natural, que somos fruto de nuestra herencia genética... y un sinnumero de afirmaciones más.
Aunque tal vez la mayor de nuestras ignorancias es la identificación con nuestro cuerpo físico y la aceptación de nuestra breve existencia en este escenario cósmico; y debido a la creencia de esta levedad de ser, construimos unas vidas carentes de significado, donde todo parece ser arrastrado por el capricho de los vientos y las mareas. No tenemos poder sobre nosotros mismos y construimos nuestra escala de valores fundada en lo irreal.
¿Sabes quién eres? ¿Sabes de dónde vienes y por qué estás aquí? ¿Sabes cual es la finalidad de esta breve encarnación tuya? ¿Sabes qué hacer con el tiempo que se te ha dado? ¿Sabes que eres esclavo de tu ignorancia y de este sistema corrupto? Vas a sobrevivir lo mejor que puedas; vas a estudiar si puedes; vas a buscarte un trabajo para subsistir y te vas a agarrar a él como a un clavo ardiendo; vas a buscar una pareja y a tener hijos con ella y a generar un núcleo familiar; vas a enfermar tarde o temprano y a buscar cura desesperadamente, vas a jubilarte y a vivir del subsidio, mientras matas el aburrimiento con pasatiempos. Al final vas a morir. ¿Sabías esto?
¿Para que quieres aprender Yoga? ¿Te duele la espalda y quieres que te enseñe unos ejercicios? ¿Estás estresado y quieres que te enseñe a respirar para relajarte? ¿Tu cuerpo está enfermo y quieres sanarte? ¿Para qué?, te pregunto yo. Para qué vas a hacer nada, si tarde o temprano vas a morir. No te esfuerces, sigue inmerso en tu sueño; sigue consumiendo ávidamente y se devoto de los cánones de este sistema mundial; sigue siendo un borrego, un imbecil (en latin imbaeculus: el que anda apoyado en una muleta), no quieras caminar por ti mismo; no quieras ver la realidad. Duerme plácidamente hasta que la muerte te alcance. Sigue persiguiendo el placer como el objetivo principal de tu vida.
Reflexiona, medita, zambúllete en tu interior; descubre que eres un ser sin principio ni fin, que somos más que apariencias. Ten la certeza de que cuando los gusanos se coman estos cuerpos el viaje no habrá finalizado, ni mucho menos. Libérate de los grilletes de la esclavitud, de la ignorancia, del miedo. Si no aprendemos a dominar nuestra mente, a afilar el discernimiento y a ir distinguiendo poco a poco lo real de lo irreal, la Verdad de la No-Verdad, la esencia de la forma, estamos muertos en vida; estamos dormidos, estamos en Matrix, inmersos en Maya.
Esto no se consigue en un día; dudo mucho que alguno de nosotros logre la emancipación en esta singular encarnación, pero por lo menos que no se diga que no estamos haciendo todo lo posible por abrir los ojos, y después ver.
Esta es la finalidad del Yoga, y no sólo del Yoga, sino de todas las corrientes filosóficas, religiosas, místicas e iniciáticas. Este es el objetivo de todo buscador impulsado por el anhelo que surge de sus interioridades.
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