En este Universo fenoménico todo es cíclico, todo empieza y todo acaba, todo asciende y desciende.
Ha acabado un año, el 2014, y ha empezado otro, el 2015, que cobra el protagonismo durante 365 días, para, después, sumirse en el ocaso y alzar al 2016 en su reinado.
También hay ciclos solares, tales como el eón, que es el tiempo que tarda el Sol en recorrer una mansión zodiacal desde el punto de vista de la precesión de los equinoccios (unos 2000 años). Así, el Sol tarda unos 25800 años aproximadamente en hacer un recorrido completo a la eclíptica, en el denominado "Año platónico". Según la tradición hindú, existen yugas o ciclos de tiempo, así como el "Día de Bhrama", que es la denominada eternidad o ciclo de manifestación, desde el Big-Bang hasta el Big-Crunch. En la tradición nórdica se conoce al fin de este gran ciclo como el Ragnarok, el ocaso de los dioses. Hasta la eternidad es finita y cíclica. Todo se repite, nada es el fin, sólo el comienzo de un nuevo ciclo.
También existen los ciclos vitales, la infancia, la juventud, la edad adulta, la madurez y la vejez. Pero el ciclo humano más significativo sin duda, es lo que conocemos como vida. La vida de todo ser, desde el nacimiento (1 de enero) hasta su muerte (31 de diciembre) es el ciclo de vida que se nos ha dado, es la unidad vital fundamental. ¿Cuántos años necesitamos para realizar nuestro aprendizaje? Más de uno seguro. Pero no pasa nada, todo fin conlleva un comienzo, todo ciclo se renueva; hasta el tiempo se renueva.
En un anterior post sobre Yoga hablamos sobre las 4 fases de la respiración y su caracter cíclico. Esa es también una de las grandes lecciones del Yoga, aprender a aceptar que hay un tiempo para cada cosa, y una cosa para cada tiempo, para de esa forma actuar en consecuencia.
Hay que dejar marchar lo que ya se fue para dejar sitio a lo nuevo. Adiós 2014, con todo lo bueno y malo que me has dado. No te olvido, no te ignoro... Mantengo tu huella cincelada en mi alma, pero permíteme dejar paso al 2015 con todo lo que ha de ofrecerme. No permitas que mire hacia atrás, que la nostalgia me lleve hacia el pasado con su sello de dolor. 2014, empújame hacia adelante convertido en viento a favor, y quédate como ladrillo permanente en el edificio de mi vida; pues sí, mi presente lo configura mi pasado, pero, 2014, permite a su vez que el pasado no impida que el actual presente configure mi futuro.
Todo es cíclico, un año deja paso a otro, al igual que el invierno, estación actual, en su largo camino dejará paso a la primavera.
¡Feliz 2015!
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