Publicación de nueva novela: Ventura
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Recientemente he publicado una nueva novela, titulada *Ventura*, con Valhalla
Ediciones.
Está disponible a la venta en las principales librerías de Españ...
Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.
Hay algo común en todos los seres humanos: el apego y la aversión. El apego se puede definir como "el deseo de recibir placer". La aversión se puede definir como "el deseo de alejarnos de aquello que nos produce sufrimiento". Así, todos los seres humanos nos vemos movidos por estas fuerzas de la naturaleza, que nos inducen por todos los medios a acercarnos al placer y a alejarnos del dolor. Este es uno de los grandes móviles que impulsan la evolución humana en general, y nuestras vidas en particular.
El deseo de recibir placer se manifiesta en: - Deseo de recibir alimentos y satisfacer las necesidades básicas. - Deseo de recibir protección, cobijo y confort. - Deseo de recibir placeres sexuales, sensuales y sentimentales. - Deseo de tener familia y un buen entorno de amistades. - Deseo de ser apreciados y aceptados socialmente (estatus, fama, poder). De estos deseos, tan básicos y tan universales, surge el intento de lograr tales objetos de los deseos a toda costa, cueste lo que cueste... Esto genera apego. Esto mueve nuestra vida en la dirección que impongan los vientos que conducen nuestro navío hacia la consecueción de dichos placeres. La aversión es mucho más sencilla de definir. Simplemente tratamos de alejarnos de todo aquello que nos produce dolor físico, dolor emocional y dolor mental; es decir, de todo aquello que nos produce sufrimiento. Cuando un estímulo exterior llega a nosotros a través de uno o varios de nuestros órganos de percepción (5 sentidos), nuestro cerebro procesa dichos estímulos y después nuestra mente los interpreta. Esa interpetación puede ser de 3 tipos: - Positiva. - Negativa. - Neutra. Si es positiva, se producirán deseos de apego y la consecuente necesidad de acercarnos a lo que ello nos induce (deseo de recibir). Si es negativa, de inmediato surgira en nosotros la reacción por alejarnos de ello (aversión al sufrimiento). Si es neutro, no generará ningún deseo potente capaz de provocar movimiento de algún tipo en nosotros, a parte de tedio y aburrimiento. ¿Veís cuáles son los móviles que nos empujan en la vida? Todo esto nos condiciona, todo esto nos lleva por el sendero evolutivo cual autómatas, cual robots programados con un algoritmo simple: - Acercarnos a aquello que nos produce placer. - Alejarnos de aquello que nos produce dolor. - Permanecer neutros ante aquello que nos produce indiferencia. ¿Véis por que se nos escapa siempre la felicidad? Porque nunca podemos satisfacer todos los deseos de recibir placer al igual que nunca podemos alejarnos de todo aquello que nos provoca sufrimiento. Somos esclavos de este algoritmo, de esta Ley de la Naturaleza. ¿Para qué sirve la meditación? En parte para darnos cuenta de todo esto, para poder ser conscientes de nuestros condicionamientos y poder liberarnos de ellos. La libertad sólo llega cuando nos liberamos de estos grilletes, y entonces también llega la verdadera felicidad, aquella que no depende de los estímulos externos ni de nuestras reacciones ante ellos.
En este vídeo se hace la presentación del libro "Un día completo", escrito por Aimar Rollán. Breve relato iniciático inspirado en los movimientos del Sol en el cielo.
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Hoy en día está muy de moda aprender a meditar, y numerosos medios hacen eco de los beneficios de la meditación. La ciencia está avalando las técnicas meditativas, y hay evidencias de que la meditación puede llegar incluso a cambiar la estructura del cerebro. Dicen los académicos (tras varios estudios), que la meditación continuada puede llegar a cambiar la plasticidad del cerebro y a mejorar la memoria, la autoestima, la empatía y ayudar a reducir el estrés. En los últimos años ha surgido la técnica del mindfulness, vinculada al ámbito académico y muy acorde a la mentalidad occidental. Es, podría decirse, meditación budista libre de toda filosofía y adoctrinamiento. Por este motivo, está ganando muchos adeptos. Además, cada vez son más los científicos que afirman que son ciertos sus beneficios, así que, razones de peso no faltan para comenzar su práctica. Lo cierto es que las técnicas de meditación tienen varios miles de años de antigüedad y han sido la piedra base del yoga, el budismo, el zen y otras disciplinas afines. El yoga concretamente, considera a la meditación como la técnica suprema.
En este post no voy a citar los beneficios de la meditación como si de un libro de recetas se tratase. De eso ya se encargarán los médicos, psiquiatras y científicos competentes. Yo sólo voy a indicar los motivos por los cuales uno podría sentirse inclinado a meditar. Meditar no es nada fácil que nadie se engañe. Aprender a meditar y lograr cierto dominio en el arte, requiere de mucho tiempo y esfuerzo. Está muy bien eso que dicen los científicos, pero, por muchos estudios que haya, por más que evidentes sean los beneficios de la meditación, eso no va a hacer que la gente medite. Voy a poner un ejemplo: "Hacer deporte es bueno". Hay miles de estudios que avalan esto; miles de científicos de todas las especialidades que lo corroboran. Es más (cosa que aún no sucede con la meditación), está en la cultura popular el concepto de que el deporte es bueno; todo el mundo sabe que el deporte es bueno, que hacer ejercicio es bueno... Y ahora la pregunta del millón de dolares: ¿Cuánta gente hace ejercicio con regularidad? Para meditar hace falta un requisito imprescindible: DESEAR MEDITAR. Si uno no desea meditar, no importa que cada día salga en las noticias de algún que otro medio de comunicación que meditar es bueno; no importa que se prediquen a los cuatro vientos sus beneficios. ¿Qué se puede hacer entonces? Bueno si estás leyendo esto probablemente algo de deseo por meditar tengas, al igual que deseo por practicar yoga, relajación, o hacer ejercicio para estar más sano o más feliz. Si existe esa pizca de deseo, es posible que mediante buenos argumentos se pueda potenciar ese deseo para que se vuelva lo suficientemente fuerte como para iniciarse en la meditación. Esa va a ser mi labor en los próximos posts, ir generando el deseo por meditar. Una vez que tu deseo sea fuerte, lo siguiente que necesitamos es el CONOCIMIENTO. Conocimiento sobre cómo meditar correctamente. Estoy preparando un curso completo de introducción a la meditación, que en breve espero terminar. Y por último quedaría pasar a la ACCIÓN, es decir, meditar... Sentarse a meditar y meditar.