Publicación de nueva novela: Ventura
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Recientemente he publicado una nueva novela, titulada *Ventura*, con Valhalla
Ediciones.
Está disponible a la venta en las principales librerías de Españ...
Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.
¿Qué significa la espiritualidad? ¿Te consideras espiritual? Vamos a intentar aclarar este concepto.
Espiritualidad deriva de «espíritu». El espíritu es algo inmaterial que no puede ser percibido mediante los sentidos físicos. El espíritu es «el principio de vida» que mora en lo más profundo de nosotros mismos, nuestra más pura esencia. Una persona espiritual es aquella en la que estos conceptos inmateriales y transcendentales tienen cierto peso en su vida, y en cierta medida, le rigen el rumbo de sus pasos.
El contrapuesto de la espiritualidad es el materialismo, en el sentido de que solo existe y es válido aquello que puede percibirse con los sentidos físicos. La Ciencia moderna es la abanderada del materialismo, y hoy en día, mucha gente es materialista debido a que la Ciencia posee un peso y una autoridad extraordinaria en nuestra sociedad. No hay que caer en el error de considerar al materialista en el contexto popular de «persona de mente cerrada y apegada a los objetos materiales», esa es una definición muy vana. El materialismo está muy bien, ya que ello nos permite descubrir y dominar el mundo material. Durante siglos, la palabra «espiritualidad» no se utilizaba como tal, ya que casi todo el mundo era religioso, y esto conviene aclararlo: religiosidad no es lo mismo que espiritualidad. La religiosidad implica una creencia en los postulados y dogmas de la religión que uno sigue. Espiritualidad conlleva una experiencia interior acerca de uno mismo.
Se puede ser religioso y espiritual, pero también se puede ser espiritual sin ser religioso.
Ser espiritual no implica creer en dioses, dogmas ni doctrinas.
Ser espiritual no implica practicar yoga, meditación, reiki o cualquier otra corriente de la New Age.
Ser espiritual no implica ser vegetariano, ni pacifista, ni estar a favor de los derechos de los animales.
Ser espiritual no implica ir vestido de blanco, hablar despacio y saludar con las palmas juntas diciendo «namasté».
Ser espiritual significa que dedicamos unos minutos al día para mirar hacia adentro y desconectarnos de la materia para llegar a una comunión con nosotros mismos. Poco a poco, al ir mirando hacia adentro vamos llegando a una conclusión intuitiva de que somos algo más que materia, de que hay algo más... Un espíritu subyacente, silencioso, eterno, que reina en el sancta sanctorum de lo más profundo de nosotros mismos. Después abrimos los ojos y volvemos a estar encadenados a la materia y sujetos a sus leyes, pero si acaso, actuamos de forma sutilmente diferente, ya que reconocemos que somos seres espirituales en esencia, a los que nos ha tocado vivir esta experiencia llamada «vida humana». Esta experiencia nos hace ser más éticos y morales (en la mayoría de casos), pero no por seguir ciertas reglas o por temor a represalias, sino porque tales dictados surgen de nuestro corazón ante la comprensión de que los demás y el mundo son una prolongación de nosotros mismos. La espiritualidad es cosa de cada uno, y no tiene por qué notarse, al menos externamente. Si se nota mucho, si llamamos la atención con atuendos y ademanes extravagantes..., quizá no seamos tan espirituales como nos creemos. Simbólicamente, al espíritu se lo relaciona con la circunferencia o la esfera (las figuras geométricas más perfectas). A la materia se la simboliza con el número 4, el cuadrado o la cruz. El hombre es un espíritu crucificado en la materia, ese es su símbolo.
El ser espiritual, el iniciado, es aquel que trata de liberarse de sus cadenas. Este proceso no obstante, es largo y arduo, y hay que saber conciliar lo espiritual con lo material. Tenemos que valorar, gozar y disfrutar de todo lo material; tenemos que ser felices en este plano físico y en la medida de lo posible, mejorar este mundo, haciéndolo más bello, bueno y justo. Todo ello, claro está, sin olvidarnos de dedicar unos minutos al día, solo unos minutos, a mirar hacia adentro.
Os presento una técnica no muy conocida pero muy útil para desarrollar la musculatura respiratoria y el control de la inspiración y la espiración.
Se compone de dos fases, y conviene practicar unos minutos cada una por separado.
Inspiración escalonada
Sentados con la espalda erguida.
Soltamos el aire libremente y al inspirar vamos cogiendo el aire un poco cada vez, reteniendo, a modo de peldaños, tal como se ve en la imagen.
Cuando hayamos llenado bien los pulmones, retenemos dos segundos, soltamos libremente y comenzamos de nuevo.
Todo el rato hacemos un conteo mental con la sílaba om delante. «om uno, om dos» (inspiramos), «om uno, om dos» (retenemos, «om uno om dos» (inspiramos)...
Los hacemos unos minutos seguidos sin forzar. Si sentimos malestar paramos.
Espiración escalonada
Sentados con la espalda erguida.
Inspiramos libremente llenando bien los pulmones y al espirar vamos soltando el aire un poco cada vez, reteniendo, a modo de peldaños, tal como se ve en la imagen.
Cuando hayamos vaciado bien los pulmones, inspiramos libremente y comenzamos de nuevo.
Todo el rato hacemos un conteo mental con la sílaba om delante. «om uno, om dos» (espiramos), «om uno, om dos» (retenemos, «om uno om dos» (espiramos)...
Los hacemos unos minutos seguidos sin forzar. Si sentimos malestar paramos.
Rutina
Podemos hacerlo de forma aislada o conjunto con otros ejercicios de respiración (pranayama).
Sentados en una silla o en una postura de meditación:
Hacemos varios minutos primero la inspiración escalonada.
Después otros minutos la espiración escalonada.
Observaciones
Como siempre, no forzar y aprender a conocer nuestro cuerpo.
Al principio costará un poco, y es normal hacer pocos peldaños de poco volumen.
Con la práctica trataremos de hacer en cada inspiración o espiración escalonada, más peldaños de menor volumen.
La respiración alterna, anuloma viloma pranayama, también llamada nadi shodana (purificación de los nadis), es una técnica de respiración muy conocida dentro del yoga. Consiste en ir alternando el aire a través de las fosas nasales.
Vamos a aprender bien la técnica, así como un poco de su historia y sus beneficios. Esta respiración está algo mitificada y se le atribuyen algunos efectos que entran dentro de lo especulativo, sobre todo en lo relacionado con la energía o praná.
En la antigüedad (milenios atrás, cuando se empezó a desarrollar el yoga), se creía que el praná era el aliento vital que sustentaba el cuerpo y la vida. Pranayama significaba «control del aliento vital», y se creía que cada fosa nasal llevaba un conducto de aire propio hacia los pulmones y hacia el resto del cuerpo. Así, a esos «conductos» se los llamó «nadis». Hay 3 nadis principales: ida (derecho), pingalá (izquierdo) y sushumna (central). En el siglo XIX, con la irrupción de la Teosofía, el ocultismo occidental y la New Age, se atribuyó a los nadis una idea más sutil, más etérica. Asimismo, se comparó la triada de nadis con el caduceo de Hermes, que rodearía los 7 chakras (vórtices sutiles de energía pránica). Esta última versión es la que con más fuerza nos ha llegado hoy en día, y una de las propiedades de esta respiración, anuloma viloma, es que purifica y repara los nadis del cuerpo (en cuanto a canales sutiles de energía se refiere).
Mi ignorancia es grande en este aspecto de la energía, el praná, los chakras y los cuerpo sutiles del hombre, por ello no voy a hablar más sobre ellos y voy a pasar a explicar la parte técnica de este ejercicio.
Técnica de anuloma viloma pranayama
Es imprescindible estar sentados, con la columna erguida y la postura cómoda.
Conviene estar relajado antes de hacer la técnica, y haber practicado previamente unas cuantas respiraciones completas y abdominales.
Utilizando el vishnu mudra vamos tapando y abriendo los orificios derecho e izquierdo de la nariz, de forma alterna, de modo que inspiramos por una fosa y espiramos por la contraria.
Inspiramos siempre por la misma fosa por la que hemos espirado previamente.
Hacemos la técnica durante varios minutos, concentrados en lo que hacemos.
Ya que el ejercicio es un poco complicado de describir, he creado este videotutorial en el que trato de enseñarlo con detalle.
Beneficios
Las fosas nasales no están todo el día abiertas. Se van cerrando y abriendo total o parcialmente a lo largo del día, y esto varía según cada persona. Desconozco los motivos fisiológicos, eso habría que preguntárselo a un otorrinolaringólogo. Al hacer esta técnica equilibramos el aire que pasa a través de las fosas nasales (durante el ejercicio). Esto en algunos casos propicia que las fosas obstruidas se desatasquen. También, según dice mucha gente que practica esta técnica, obtienen un estado de equilibrio interior, paz y bienestar. Ello tal vez sea debido, y esto lo planteo solo como hipótesis, al hecho de que equilibramos la polaridad del cuerpo, relacionada con el hemisferio derecho e izquierdo del cerebro, al respirar de forma alterna por cada fosa. En cualquier caso, aprende la técnica y practícala. Después comparte tu experiencia con nosotros para ver qué efectos ha producido en ti el ejercicio.