Centro de Yoga Arcadia
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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




YOGA Y ENVEJECIMIENTO


Esta mañana cuando me he levantado y he mirado mi teléfono móvil, tenía varias noticias destacadas sobre Yoga. Todas decían así: "El yoga adormece el envejecimiento: Científicos demuestran que las antiguas prácticas del Yoga ayudan a prevenir las enfermedades vinculadas con el estrés..."

Podéis ver las noticias completas de varios medios de comunicación en los siguientes enlaces:

http://actualidad.rt.com/ciencias/view/112138-cientificos-yoga-actividad-cerebral

http://www.elintransigente.com/notas/2013/11/24/yoga-adormece-envejecimiento-219168.asp

http://www.telecinco.es/informativos/sociedad/Yoga-ejercicio-deporte-bienestar-mente-relajacion-tecnica_de_respiracion_0_1705200207.html

http://www.24horas.cl/tendencias/saludybienestar/cientificos-descubren-que-el-yoga-combate-el-envejecimiento-951208


El envejecimiento

Bien, a todo el mundo le gustaría retrasar el envejecimiento, encontrar el elixir de la eterna juventud. Estos científicos han demostrado mediante sus estudios que el Yoga tiene una base real para frenar los efectos del envejecimiento. Yo que no soy científico, voy a dar mi propia versión; una versión más mística si cabe.

En este Universo, todos los seres y cosas están bajo el influjo de tres pincipios ecuménicos, la "Trinidad primordial", que no es otra cosa que los procesos que intervienen en la creación, en la plenitud o equilibrio y en la decadencia o destrucción.

Los antiguos hindúes los llamaban Brahma el creador, Vishnu el conservador y Shiva el destructor.


Trinidad hindú

Esto a su vez está basado en la parábola solar, que describe el ascenso del Sol desde el alba hasta el mediodía, y el descenso desde el mediodía al ocaso, pasando por la propia fase del mediodía, que es el momento de plenitud y equilibrio.

Parábola solar




A nivel biológico, a nivel celular, estas mismas leyes rigen, pero con otros nombres: son los denominados procesos anabólicos y catabólicos. Así, durante nuestra infancia y juventud temprana, tienen predominancia en nuestro cuerpo los proceso anabólicos, de crecimiento. Durante un breve lapso de tiempo (10, 15 o 20 años), hay cierto equilibrio entre anabolismo y catabolismo, en la época de plenitud física, que va de los 20 a los 35 años aproximadamente. A partir de ahí, toman el relevo los procesos catabólicos que se encargan de destruir el cuerpo hasta su ocaso, en la muerte.

Esto sucede en todos los seres y cosas sin distinción. Las flores crecen, florecen y se marchitan. Los imperios se crean, se expanden y se destruyen. Los modelos económicos se gestan, alcanzan su cenit y caen para ser reemplazados. Las estrellas nacen, lucen y explotan. El ser humano..., no iba a ser menos: crece, se mantiene en plenitud y después degenera. A ese proceso de degeneración le llamamos envejecimiento.

Ahora bien, ¿cómo actúa el Yoga contra el envejecimiento? Modificando la parábola solar, frenando la caida, manteniendo a raya los procesos catabólicos.

Envejecimiento prematuro
 ¿Cuál es el mayor factor que acelera el envejecimiento? El estrés. El estrés produce decrepitud física y envejecimiento prematuro; el estrés acelera el catabolismo del cuerpo.

¿Por qué hay gente que tiene 30 años y parece que tiene 50? ¿Por qué hay gente con 50 que parece que haya hecho un pacto con el diablo? Aparte de la carga genética que pueda haber en la persona (factor importante) está el factor "cuidarse". El tabaco acelera el envejecimiento, oxida las células, al igual que el alcohol, las drogas, la prolongada exposición al Sol y la mala alimentación; pero lo que más, sin duda, acelera la caída es el estrés. El Yoga mantiene a raya el estrés, y por ende, mantiene a raya el envejecimiento prematuro. Esta es la clave de todo este asunto.

¿Todos queremos ser jóvenes, verdad? Todos nos preocupamos por estar jóvenes y guapos, y cuando llega cierta edad, o nos miramos en el espejo y cierta arruga nos amarga el día, nos gastamos dinero en cremas anti-aging, en tratamientos, en remedios milagrosos, en parches y en cirugía estética. Vale, de acuerdo, eso no está mal, pero recordad que la cuestión radica a nivel celular, en la ralentización de los procesos catabólicos. 

-Vale, me has convencido, me apuntaré a Yoga cuando sea más viejo. Porque el Yoga es un deporte de viejos, ¿no? 

-No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Empieza a practicar Yoga hoy mismo, cuanto antes empieces, antes frenarás la caída. Si te apuntas más tarde..., pues sí, el Yoga será un deporte para viejos.

Para terminar, decir que hay muchos artíclos y opiniones que dicen que  "el Yoga rejuvenece", o que "el Yoga alarga la vida", o que "el Yoga adormece el envejecimiento" (como dice el titular de las últimas noticias, titular muy acertado, por cierto). Yo lo que puedo decir sobre esto es que el Yoga ralentiza el envejecimiento; esta es a mi parecer la definición más precisa. Morir nos vamos a morir igual, y no viviremos ni un día más de lo que nuestro ADN tenga dictado, a no ser que la muerte nos lleve antes, debido a una enfermedad, accidente u otro factor. Pero sí que podremos ver aumentada nuestra calidad de vida y nuestra fase de plenitud. Es por esto también que los yoguis adoran y se rinden ante Vishnu, ante Narayana, para poder alargar ese proceso de plenitd físca y mental lo máximo posible en el tiempo.

¿CONOCES TU CUERPO FÍSICO?


El cuerpo físico del ser humano es uno de los mayores prodigios de la ingeniería universal; nada hay comparable a él sobre la faz de la Tierra, y posiblemente sobre muchos miles de millones de kilómetros a la redonda. Muchas veces he preguntado en clase a los alumnos “¿Qué es el cuerpo físico?”, y me han mirado todos con cara de circunstancia. “¿Pues que va a ser? ¿Nosotros, no?”, era una respuesta habitual.

En la tradición yóguica, al cuerpo físico se le denomina “annamaya kosha”, que traducido del sánscrito vendría a ser algo así como: “el vehículo hecho de alimentos”. A pesar de que la definición resulte chocante encierra una gran verdad, ya que el cuerpo físico está construido con lo que comemos y se mantiene de alimentos, entre otras cosas. Nosotros lo llamaremos el “vehículo de la acción”. Es decir, el vehículo, medio o instrumento que utilizamos para actuar en este Universo Físico. Simplificando más: el cuerpo físico es la herramienta cotidiana que más usamos. Insisto en este concepto: herramienta, vehículo, instrumento. Es muy importante este concepto, ya que nos ayuda a distinguir lo que somos de lo que tenemos. Nosotros no somos el cuerpo físico, tenemos un cuerpo físico. Sí, tenemos, y somos muy afortunados por ello además, por ser poseedores de un vehículo físico, concretamente el de la marca Homo Sapiens. Hay quien se cree afortunado por tener un Mercedes o un Ferrari, pero no, la verdadera fortuna consiste en tener un vehículo físico.


El cuerpo físico

¿Para qué sirve el cuerpo físico? Pues ya lo hemos dicho antes: sirve para actuar. Concretamente el cuerpo físico tiene 5 extraordinarios poderes; más grandiosos que los de los superhéroes de los comics.

- Extraordinario poder nº 1: El poder de regeneración. Sí, ¡qué haríamos sin él! ¿Quién se nutre con el alimento? ¿Quién se regenera durante el sueño? ¿Quién se cura de las enfermedades? ¿Quién permite que dure hasta los ochenta años o más si no hay ninguna desgracia? Este es un poder inherente del cuerpo físico.

- Extraordinario poder nº 2: El poder de desplazamiento. Esto es lo que hacen los vehículos propiamente dichos: transportarnos de un lugar a otro, mediante el poder de locomoción o desplazamiento. Sin él seríamos vegetales, condenados a yacer por siempre allí dónde nacemos.

- Extraordinario poder nº 3: El poder de creación. Con este poder del cuerpo físico hemos construido todo lo que nos rodea. Concretamente con nuestras manos, con la habilidad para manipular y crear objetos, desde simples útiles de piedra hasta las sondas espaciales que exploran otros mundos. Los dinosaurios dominaron el planeta durante millones de años, pero no tenían “manos” para construir nada; no evolucionaron apenas. Si los cangrejos se hicieran inteligentes, a no ser que mutasen extraordinariamente no podrían crear nada. ¡Dios, que poco valoramos las manos que tenemos!, con nuestros cinco dedos tenemos el poder de construir maravillas. Por si fuera poco, las manos también sirven para curar y para acariciar.

- Extraordinario poder nº 4: El poder de comunicación. Uno de los más extraordinarios poderes que existen en el Universo: el de poder comunicarnos con nuestros semejantes, el de poder expresarles nuestras necesidades, emociones y pensamientos. Esto lo hacemos sí, con el cuerpo físico; mediante las cuerdas vocales o mediante los dedos (como ejemplo ahora estoy redactando este artículo con ellos, en un ordenador que a su vez ha sido creado con el poder creativo de otros seres humanos) o manos (en caso del lenguaje de símbolos). ¿Qué sería de nosotros, pobres mortales, si no pudiéramos comunicarnos en absoluto con nuestros semejantes; si no pudiéramos decirles que los amamos?

- Extraordinario poder nº 5: El poder de procreación. Poder importante dónde los haya, pues si él no existiese, en una generación, ¡ciao humanidad! Este es el poder de perpetuar la especie y crear nuevos seres en la factoría humana. ¡Qué grandioso poder!

Cinco poderes enormes tienen los cuerpos físicos; cinco son las acciones fundamentales del humano cuerpo. ¿Por qué cinco y no seis, siete o cuatro? Pensad. Una acción para cada sentido.

El gusto se relaciona con la nutrición.

La vista con el desplazamiento, pues nos dirigimos siempre allí hacia donde dirigimos nuestra mirada (no es necesario mencionar la dificultad que tienen los ciegos para desplazarse).

El tacto con el poder creativo. Imaginaos por un momento que careciésemos de tacto en nuestros dedos. Seríamos incapaces ni de freír un huevo. O que sintiésemos las manos como si tuviésemos puestos unos guantes de boxeo; aún seguiríamos en las cavernas.

El sentido del oído nos proporciona la habilidad de comunicarnos, pues aprendemos los idiomas a través de la repetición, a base de oír y luego repetir, a base de referencias. Es muy normal que los sordos de nacimiento también sean mudos (sordomudos).

Y el olfato, tal vez el sentido físico más en recesión sirve como detector sexual; las feromonas se detectan mediante el olfato, así como la disposición de apareamiento. Esto puede no resultar muy evidente, pero en el reino animal es de lo más normal, y del animal venimos en cierta medida.

¿Qué es la salud física desde este punto de vista?
Creo que resulta evidente: disponer de un poder de acción elevado, en sus cinco aspectos fundamentales. ¿Y la enfermedad? Ver nuestro poder de acción reducido, y de hecho así sucede cuando estamos enfermos: ni comer, ni andar, ni crear, ni hablar, ni procrear.


¿Qué nos vende la sociedad respecto al cuerpo? Su forma externa; del poder de acción ni se habla, es más, estoy seguro de que a un 90 % de la población mundial le resultaría sorprendente leer este artículo y saberse poseedora de tales magnos poderes. ¿Guapo, feo, alto, bajo, gordo, flaco...? ¿Qué importancia tiene si disponemos de una buena capacidad de acción? ¿Por que hay tanta gente deprimida o con la autoestima baja por que no le gusta su cuerpo? ¡Dios, si somos más poderosos que los propios dioses! ¡Hasta los ángeles, devas y dioses nos envidian por poseer un cuerpo físico, un vehículo de la acción! ¿Tenéis idea de la cola que hay en el concesionario de la vida por adquirir un nuevo vehículo de la marca Homo Sapiens? ¿Sabéis la demanda que hay por encarnar en este planeta, revestidos por un cuerpo físico? ¡Cuántas almas en el limbo esperan sacar un cinco para “salir de casa” y aventurarse en el “juego” del parchís, digo de la vida! ¿Con qué insensatez no valoramos nuestros cuerpos físicos y no los cuidamos como se merecen?

¡Qué grande es el cuerpo físico! ¡Qué poderoso y que valioso! Qué bello también he de decir. A título personal, no he visto nada más bello y hermoso que el cuerpo físico de algunas (muchas) mujeres; ni siquiera una nebulosa en racimo o una puesta de Sol puede equipararse a un rostro bien trazado.

En fin, y concluyo ya: somos afortunados por tener un cuerpo físico, aprendamos pues a cuidarlo y valorarlo como se merece. Hay quien sólo se preocupa de la estética o de "tunear" su cuerpo, pero el verdadero valor reside en estos cinco principios, no lo olvides. Por lo tanto, todo ejercicio físico o cultura de mejoramiento físico ha de ir encaminada a potenciar estos poderes de acción, todo lo demás es secundario; se puede tunear, sí; se puede mejorar la estética sí; pero eso es secundario.

P.D. Amigos, ¿no creéis que se me olvida decir algo? ¿Quién conduce el vehículo físico? ¿Quién va al concesionario a comprar uno? La respuesta a esas cuestiones las dejamos para otro post. ;-)

LA SALUD


La vida del ser humano dispone de cuatro pilares fundamentales: el pilar de la salud física, el de las relaciones, el de la prosperidad material, y el de la felicidad. Hay afortunados cuyos cuatro pilares están sólidos y enteros; pero en la gran mayoría de personas, alguno o algunos están resquebrajados, o rotos.

Muchos piensan que la felicidad depende de que los tres primeros pilares estén en buenas condiciones, pero hay gente que tiene buena salud, relaciones plenas, mucho dinero..., y aun así son infelices, desdichados, amargados, deprimidos… Por lo tanto, esa tesis queda anulada. La felicidad es una cuestión de actitud mental, una apreciación y contentamiento con lo que uno es y tiene en cada momento, sea lo que sea. Al final la felicidad es una cuestión de inteligencia, ya que el “feliz”, denota la suficiente inteligencia como para haber conducido el barco de su vida hacia un puerto llamado “felicidad”.

Ahora bien, de todos estos pilares, a mi parecer, el más importante y el sine qua non es la salud. “La salud no lo es todo, pero sin ella, todo lo demás es nada”, afirma un dicho popular. Si una persona posee buena salud, puede superar las perdidas y el sufrimiento que produce el derrumbe del pilar de las relaciones, y puede reconstruirlo en caso de estar derruido; puede espabilarse y buscarse la vida como sea para mantener el pilar de la prosperidad material a salvo; y puede cultivar su mente y su actitud para llegar a ser feliz, independientemente las circunstancias que le rodeen. Pero si la salud falla, amigo…, todo lo demás pasa a segundo plano. Por eso es de vital importancia dedicar tiempo para el mantenimiento de la salud.



La salud
El símbolo de la salud: el caduceo de Hermes. El equilibrio de la energía.

Y de eso hablaremos hoy: del mantenimiento de la salud. Cuando uno la pierde tendrá que ir al médico, o al profesional que corresponda, pero antes de llegar a ese punto, y antes de perderla, hay que mantenerla. Cuestión difícil, ya que no solemos valorar lo que tenemos hasta que lo perdemos, y es entonces cuando nos acordamos de Santa Bárbara, cuando truena… Pocos se acuerdan de ella antes.


Muchos creen que la salud es "no estar enfermo", pero la salud es mucho más. Según la OMS, "la salud es un completo bienestar físico, emocional, mental y social". ¿Casi nada, eh? El Yoga opina igual, y sus principios de mantenimiento van orientados hacia esos puntos.

El Yoga propone cinco puntos para mantener y conservar la salud; no son infalibles, pues a pesar de que uno se cuide mucho, no está libre de las garras de la enfermedad. Pero sí que pueden ayudarnos a reducir la incidencia de esas crueles garras, y a propiciar una mayor calidad de vida.

Esos 5 principios son los siguientes: 



ALIMENTACIÓN ADECUADA:


Alimentación adecuada
  Las células de nuestro cuerpo físico se construyen con los alimentos que ingerimos. Lo que en un primer momento está en el plato, a través del maravilloso proceso de la digestión, se transforma en la materia prima que conforma nuestro cuerpo. Es por ello importante comer alimentos de calidad, y en las proporciones adecuadas de hidratos de carbono, proteínas, grasas y vitaminas y minerales, según la constitución de cada individuo. Yo no soy nutricionista, por lo que cada cual tendrá que saber qué alimentos y en qué proporciones le van bien para él. 


RESPIRACIÓN ADECUADA: 



Respiración adecuada


La respiración aporta oxígeno a las células y expulsa el dióxido de carbono sobrante del organismo. La respiración adecuada es vital para el correcto anabolismo y catabolismo celular. Si hay oxigeno insuficiente sucede como cuando hacemos fuego con pobre ventilación: el combustible no se quema bien, sale humo negro y gases nocivos. En el cuerpo sucede algo parecido: se acumulan toxinas y el cuerpo no rinde todo lo bien que podría hacerlo. Además, la respiración tiene una estrecha relación con el sistema nervioso autónomo del cuerpo, y por ende, con nuestro estado anímico. Una respiración superficial y rápida propicia la activación del sistema simpático, con sus derivadas consecuencias; en cambio una respiración amplia, profunda y lenta activa el sistema parasimpático, con su correspondiente “chute” de endorfinas, hormonas del bienestar.


EJERCICIO ADECUADO: 



Ejercicio adecuado

El ser humano está hecho para moverse, y no para llevar una vida sedentaria. Está hecho para correr, saltar, nadar, cazar..., y morir joven. Pero en una sociedad de bienestar como la de hoy en día, si no hacemos ejercicio voluntariamente, el cuerpo se va deteriorando y surgen complicaciones y enfermedades físicas. El ejercicio adecuado mantiene las articulaciones, tendones, ligamentos y músculos en condiciones, así como el sistema circulatorio y respiratorio activo y capilarizado. Pero ojo, tampoco hay que pasarse, que el exceso de ejercicio también es perjudicial; todo en su justa medida. Es por esto que los ejercicios del Yoga son suaves y enfocados hacia la flexibilidad y fuerza de la espalda especialmente. Su objetivo es mantener el cuerpo sano y joven el mayor número de años posible. 


DESCANSO ADECUADO: 



Descanso adecuado


Hoy en día el enemigo público número uno es el estrés, con todos sus derivados de ansiedad, depresión, insomnio, etc. Eso es tensión, tensión, tensión…, y la relajación es su remedio. Es durante el descanso cuando el cuerpo físico se regenera y asimila los alimentos ingeridos; también asimila e integra ciertas experiencias psíquicas, especialmente durante el sueño con ensueños. Es por eso de vital importancia dormir un número adecuado de horas (7 – 8), y durante el día tomar unos minutos para desconectar y relajar. Relajarse no es perder el tiempo, aunque así pudiera parecerlo en una sociedad competitiva y productiva como la nuestra. Dormir bien tampoco es desperdiciar la vida, es en cambio una inversión para que el cuerpo y la mente estén en plenas condiciones. La falta de descanso lleva a la decrepitud del cuerpo físico, y al agotamiento de la mente. 


PENSAMIENTO POSITIVO: 


Pensamiento positivo

He aquí la piedra angular de estos cinco principios. Ya podemos alimentarnos correctamente, respirar bien, hacer mucho ejercicio y dormir ocho horas diarias, que si nuestro pensamiento es negativo, caótico, desordenado e improductivo, muy sanos no estaremos. Hay un axioma que no falla: “El hombre se convierte en lo que piensa”; por tal motivo hay que cultivar la mente para tener una actitud positiva, con autoestima elevada, alegre, creativa… La mente hay que cultivarla y adiestrarla, y nada hay mejor que la meditación. No ver problemas en la vida, sino oportunidades para aprender y crecer; no ver trabas, sino ejercicios para aumentar nuestra destreza en el arte de la vida. Hay que ver siempre el vaso medio lleno, y luego bebérselo, para que sea llenado nuevamente. Esto no implica un pensamiento fantasioso o con los pies fuera de la tierra. Es un pensamiento realista. Todo problema tiene una solución, toda adversidad conlleva un aprendizaje para ser mejores personas. Hay que sacarle partido a la vida, tomar la iniciativa, y no convertirnos en victimas del destino, sino en los capitanes de nuestro barco. Al mal tiempo buena cara, y el que quiera seguir en el rol de víctima o “pobrecito”, está en su derecho de serlo, pero que no lance a los cuatro vientos que la vida es una mierda o un valle de lágrimas.

Estos son los cinco principios de la salud que promueve el Yoga, y de hecho, en una clase de Yoga se trabajan siempre todos menos el de la alimentación… Aunque bueno, de vez en cuando se puede hacer una cena de grupo y pasarlo bien. Eso es una de las cosas positivas de estar apuntado a alguna escuela o hacer Yoga en grupo, que se puede socializar.

Otra cosa importante, y que debemos tener siempre presentes: por muy bien que nos cuidemos, o aunque tengamos los mejores médicos, tarde o temprano vamos a morir. Nuestros cuerpos físicos tienen fecha de caducidad; todos, inexorablemente. Por tal motivo, hay que cuidarse, pero sin obsesionarse. La salud es un “medio”, no un “fin”.


Rutina nocturna de yoga (de 5 a 10 minutos)

Vamos a aprender una sencilla y breve rutina nocturna de yoga, para que puedas hacerla todos los días antes de acostarte:



Rutina nocturna de Yoga

Marco teórico:

La mayoría de nosotros pasamos casi todo el día de pie, o sentados en una silla. Esto provoca varias cosas: agarrotamiento de la espalda, acumulación de la sangre en las piernas y en el abdomen, y cierto estrés producido por la actividad diaria, estrés que puede ser significativo dependiendo de como haya sido nuestro día. Nada mejor entonces que solucionar un poco estos problemas antes de acostarnos.

Ejecución:

Hacemos todo lo que tengamos que hacer, como cada noche, nos ponemos el pijama, acercamos nuestra esterilla de yoga a la pared de la habitación, y hacemos la siguiente rutina de 3 ejercicios, que nos llevarán de 5 a 10 minutos.

1. Hacemos el ejercicio del gato dinámico, lentamente, coordinado con la respiración, de 1 a 2 minutos. Este ejercicio va fenomenal para liberar tensiones de la espalda.




2. Nos pegamos bien a la pared y estiramos las piernas hacia arriba, para que la sangre, por el efecto de la gravedad, se descongestione de las piernas y al mismo tiempo riegue bien la tiroides y el cerebro. Hacemos respiraciones abdominales amplias y profundas. Permanecemos de 2 a 4 minutos, con la mente concentrada en la postura y en la respiración.



Piernas estiradas contra la pared

3. Nos tumbamos boca arriba en la postura de savasana, con una mano relajada, apoyada ligeramente por debajo del ombligo, y hacemos respiraciones abdominales, visualizando que con cada inspiración nos llenamos de salud y bienestar, y que con cada espiración soltamos toda la tensión y negatividad acumulada durante el día. Permanecemos de 3 a 5 minutos (puedes estar más tiempo si estás a gusto y tu cuerpo lo necesita).




Al terminar, das las gracias por todo lo que el día te ha ofrecido, y si no tienes nada mejor que hacer, te metes en la cama a esperar el efecto regenerador de un buen descanso nocturno.


Con esta y con la rutina matutina que ya aprendimos, tienes dos rutinas poderosas para practicar en tu día. Te pueden parecer demasiado sencillas o inefectivas, pero permíteme decirte una cosa: lo más difícil a adquirir en la práctica del yoga, es el hábito. El hábito lo es todo; si no somos capaces de generar un hábito, no alcanzaremos éxito en el yoga, ni en casi nada en la vida. Para ello hay que empezar poco a poco, con rutinas fáciles de seguir y que no nos roben demasiado tiempo. Una vez que se crea el hábito de practicar un poco de yoga cada día, podremos aumentar la duración de nuestras rutinas con mucha más facilidad. 


Aquí te dejo un vídeo con la rutina nocturna un poco ampliada.


Te recuerdo que son necesarios al menos 21 días de practica ininterrumpida para que se genere un nuevo hábito en nuestra mente. Practica, practica, practica... La práctica lo es todo.


Aimar Rollán (Gopal) 


SARVANGASANA: LA VELA CON APOYO EN LA PARED


Tradicionalmente se considera a "la vela" (Sarvangasana) la reina de las asanas, junto a la "postura sobre la cabeza" (Shirshasana). Ambas forman parte de las posturas invertidas del yoga, y son famosas por sus beneficios.


He practicado esas dos posturas durante largo tiempo, con grandes beneficios y sin lesiones, pero debido a que cada vez voy volviéndome más conservador, y a que algunos estudios (sin ser una regla general) han detectado algunos peligros tales como excesiva compresión de las vertebras, hiperextensión cervical y riesgo de accidente cerebrovascular, he decidido enseñar a mis alumnos sólamente la postura de "la vela" con apoyo en la pared.

No quiero meter miedo a nadie diciendo esto, y puede que alguien las practique toda su vida y no le pase nada, pero he de indicar esos riesgos. Si alguien decide practicar esas posturas, que lo haga bajo su cuenta y riesgo. En cambio, "la vela con apoyo en la pared" posee practicamente los mismos beneficios y es mucho más segura su ejecución.


Beneficios:


Casi todos nosotros pasamos la mayor parte del día de pie, y eso genera que la sangre se estanque en las piernas y en la parte baja del abdomen, dificultando el riego óptimo del cerebro y de ciertas gándulas endocrinas. Al invertir el cuerpo, la gravedad de la Tierra actúa directamente sobre la sangre venosa (especialmente la de las piernas), y favorece enormemente su descongestión y su retorno hacia el corazón. Esto provoca dos cosas:

- Descanso y descongestión de las piernas y de los órganos internos abdominales.

- Irrigación de la tiroides y del cerebro.

También dicen que se produce un renovación energética, al invertir la polaridad del cuerpo.


Contraindicaciones:


Se evitará la fase 2 de esta postura en casos de:

- Problemas cervicales.

- Hipertensión arterial.

- Glaucoma.

- Obesidad.

- Las mujeres durante la menstruación.


FASE 1



Esta fase es muy segura y puede practicarla cualquier persona. Es muy sencilla: basta con acercar la esterilla a la pared y pegarnos lo máximo posible extendiendo las piernas hacia arriba. Sólo este gesto ya produce numerosos beneficios, especialmente si hacemos respiraciones abdominales amplias y profundas. Permanecer de 1 a 2 minutos.



FASE 2


Apoyar las dos plantas de los pies en la pared, levantar bien la cadera, apoyar los codos firmemente y sostener la cadera con las manos.



Extender una pierna contra la pared.



Y luego la otra. Permanecer en esta postura 1 minuto para empezar, y con la práctica alargarlo hasta 3 o 4 minutos como máximo. Hacer respiraciones abdominales durante el ejercicio y mantener la mente concentrada en la postura, especialmente en la zona de la tiroides (cuello).



Para deshacer la postura, repetir los mismos pasos pero a la inversa. Siempre con cuidado y sin forzar.


Te dejo un vídeo explicativo para mayor detalle.

Sarvangasana con apoyo en la pared


¡Feliz práctica!

¿QUÉ ES EL YOGA?

    El Yoga  se puede definir de muchas maneras, pero a mi parecer, la más acertada es la siguiente: "El Yoga es la unión consciente con la esencia de uno mismo".

    Esta definición responde a tres cuestiones:

    ¿Qué? Unión
    ¿Cómo? Consciente
    ¿Con qué? Con la esencia de uno mismo.


¿Qué es el Yoga?

    La palabra Yoga deriva de la raíz sánscrita yuj, que significa unión. La palabra "yugo" o "conyugal" por ejemplo, que provienen probablemente del sánscrito, tienen también ese significado: unión. El Yoga es por tanto y ante todo unión. La palabra Religión, del latín religio, tiene también un significado similar, ya que re ligare, significa "volver a unir".

    ¿Cómo nos unimos? De forma consciente es el único requisito imprescindible. Es decir, podemos alcanzar el Yoga de mil maneras, pero es fundamental que sea de forma consciente, si no de nada sirve. Digo esto, porque determinadas sustancias psicotrópicas o estados inducidos de conciencia pueden lograr un estado de unión similar al Yoga, pero no es un estado logrado de forma consciente.

    Vale esta claro, pero ¿unión consciente con qué? Con la esencia de uno mismo. ¿Y qué es la esencia de uno mismo? Podría ser nuestra alma, nuestro espíritu, la divinidad que mora en nosotros o incluso eso que llamamos Dios. Más adelante concretaremos esta cuestión, pero de momento diremos que la esencia de nosotros mismos es eso que llamamos "yo", eso que permanece siempre en nosotros y que nunca cambia a pesar de que todo lo demás lo haga con el paso inexorable de los años. La esencia de uno mismo es ese observador silencioso, ese testigo interno que nos hace ser auto conscientes.

    Pero, ¿acaso no estamos unidos ya a nosotros mismos? Sí y no. "Sí" en el sentido de que "realmente" no hay separatividad, y "no" en el sentido de que nos queda mucho trabajo para lograr la "unidad". Esto puede resultar confuso en un principio, y puede ser toda una hazaña mental lograr comprenderlo, pero no hay que darle demasiada importancia, ya que estamos definiendo la meta y aún no hemos comenzado nuestro viaje, el largo viaje del Yoga. Diremos también que el Yoga trata de alcanzar la Realización (otra palabra importante).

    Así pues, para resumir y finalizar este tema, que quede claro que el Yoga es la unión consciente con la esencia de uno mismo, y que la finalidad última del Yoga es la Realización. ¿Y qué es la Realización? Pues la unión consciente con la esencia de uno mismo. Parece que estoy rizando el rizo, pero lo hago intencionadamente.

    Bien, pues esto es el Yoga, y a raíz de aquí podemos definir también lo que no es el Yoga: no es ni un deporte, ni una disciplina de higiene psicofísica, ni es stretching, ni contorsionismo, ni una "frikada" oriental, ni una moda pasajera. 


   La papeleta que me toca con este blog es explicar y adaptar esta definición al lugar y a la época en la que vivimos, y de paso hacerla práctica, es decir, no sólo explicar teóricamente lo que es el Yoga, sino también indicar un método práctico para realizarlo.

LA MUERTE (2ª PARTE)


En el anterior post sobre la muerte llegamos a la conclusión de que lo que más tememos es al estado de inconsciencia eterna. Pero, ¿qué sucede realmente cuando nos morimos? Todas las grandes religiones, todos los grandes santos y místicos de la historia, han hablado de la existencia de la vida después de la muerte, de la inmortalidad del alma. La cuestión es que tanta gente no puede estar equivocada, o, que al compartir todos los seres humanos el mismo gran temor hacia la muerte, de forma inherente, lleguemos a la misma conclusión: que la muerte no es el fin; para así, a modo de válvula de escape, poder apaciguar ese gran temor y de algún modo dar sentido a nuestras vidas.

La muerte


    No hay ni una sola evidencia, ni un solo hecho verificable sobre la supervivencia de la conciencia a la destrucción del cuerpo físico. Sólo queda la fe, la esperanza y la lógica en que el «diseñador» de este Universo no haya sido tan cruel como para dotar a ciertos seres de conciencia para luego, en pocos años, sumirlos en una oscuridad absoluta. Eso, suponiendo, que haya algún «diseñador», algún «arquitecto», y que todo esto no sea el resultado de causas y azares.


    O tal vez, el que ha diseñado toda esta magna obra, haya relegado al más profundo misterio el conocimiento en vida, de la existencia de la supervivencia de la conciencia a la muerte del cuerpo físico. Esto resulta lógico en cierta medida, ya que si todos supiéramos a ciencia cierta que somos inmortales, que la muerte es una ilusión y que no hay nada que temer, la vida sería muy diferente. Si así fuere, casi nada tendría valor; las vidas humanas poco valdrían; apenas habría esfuerzo por superarnos, por avanzar como civilización. El desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la Medicina no avanzarían a pasos de gigante como ahora lo hacen, porque, si no hay nada que temer, si no hay nada contra lo que luchar, si no hay vida que alargar y mejorar, ¿quién se iba a esforzar? ¿Cuánta gente se suicidaría ante la más mínima dificultad en vida?


    Tal vez esto suene extraño, pero pienso que el desconocimiento de lo que sucede realmente cuando morimos, es una de las más importantes estrategias de la evolución. Creo por tal motivo, que la Ciencia nunca hallará evidencias sobre esto, y que los seres humanos siempre vivirán con esa duda, y si acaso hallarán cierta certeza en su corazón. Pero precisamente esa duda será lo que nos haga realmente humanos y nos permita llegar como civilización hasta límites insospechables.


    ¿Existe entonces la vida después de la muerte? Yo quiero creer que sí, mi corazón me insta a sentir que sí, pero no lo sé. Esa es mi conclusión.


    Existe otro problema con el tema de la muerte: el gran dolor que producen las pérdidas de aquellos que mueren antes que nosotros. Ya no hablamos de nuestra propia muerte, si no de la de nuestros seres queridos. Lo primero a tener en cuenta es que seamos conscientes de que el ser que se ha ido ya no sufre, bien sea porque se ha desintegrado en ese estado de inconsciencia eterna, bien sea porque ha pasado a otro plano de existencia, totalmente independiente del nuestro. Los que sufrimos, y mucho, somos los que nos quedamos a este lado. Por ello es muy importante el duelo. Hay personas cuyo duelo durará poco, así como hay personas cuyo duelo durará mucho, pero al igual que una herida física, por muy profunda y grande que sea, acabará sanando y cicatrizando.


    Los que aquí quedamos seguiremos adelante, con la batuta de la vida en la mano, en el eslabón evolutivo humano del momento presente..., hasta que llegue también nuestra hora. Mientras tanto, seguiremos luchando por mejorar nuestra vida y nuestro mundo, lo mejor que sepamos, lo mejor que podamos, con el afán y el ímpetu de aquel que cree que sólo tiene una vida, pero con la esperanza de que la muerte no es el fin y que volveremos a reunirnos con nuestros seres queridos en otro plano de la existencia.


    Por tales motivos no hay que temer a la muerte, pues si realmente somos inmortales, nada pasará; y si lamentablemente el Universo obedece a las leyes del azar y la crueldad de crear vidas finitas no es importante para la «ciega» inteligencia que guía el devenir del Universo, nuestro paso de la conciencia a la inconsciencia será tan rápido que no nos enteraremos. Cuando digo que no hay que temerla no digo que no haya que respetarla y ser cautos con ella. La vida es tan valiosa que hay que protegerla a toda costa, aun cuando se tenga la certeza de que la muerte no existe.


    En cualquier caso, insisto, no hay que temer a la muerte, pues la muerte pertenece al futuro. Mientras vivamos el presente con plenitud, la muerte no podrá posar su gélida garra sobre nosotros, si acaso hasta décimas de segundo antes de nuestro fin.

    Una vez le preguntó un discípulo a su maestro:


    -Maestro, ¿existe la vida después de la muerte?


    -¿Existe la vida antes de la muerte? -respondió el sabio maestro-. Eso es lo importante.


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