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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




EL EJERCICIO FÍSICO IDEAL

Después de varios artículos sobre las cualidades físicas básicas del cuerpo humano, podemos ahora deducir cual es el ejercicio ideal, que no es otro que aquel que trabaje la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad, sin generar demasiadas lesiones o desgaste físico.

Ejercicio físico ideal


¿Cuáles son los deportes o actividades que trabajan estos puntos?

Es dificil encontrar uno que trabaje todo de forma armónica, a no ser que el profesor sea consciente de ello y planee sus rutinas a conciencia.

¿Y el Yoga?

El Yoga trabaja bien la flexibilidad y tiene ciertas carencias en otros aspectos, a no ser que el profesor sea consciente de esto y de vez en cuando enfoque la clase hacia la fuerza o resistencia, por ejemplo.

¿Cuánto tiempo hay que entrenar a la semana? 

Según los expertos, para mantener la salud y el peso, un mínimo de 150 minutos semanales de ejercicio moderado. Es decir, 2 sesiones de 90 minutos o 3 de 60.

¿Cuál es la cualidad física más importante?

Evidentemente todas de forma armónica, pero si habría que elegir una, diría que la flexibilidad, ya que es la que más se cotiza con el paso de los años.


¿Qué nos recomiendas?

Practicar Yoga, por supuesto. Estaría bien practicar 2 sesiones por semana y compaginarlo con una sesión de resistencia aeróbica de baja intensidad (correr, bicicleta o nadar), pero en cualquier caso, haz la actividad que más te guste y disfruta con ella.

¿Consideras al Yoga un deporte?

Sí y no. No porque es mucho más que un deporte, y su finalidad no es deportiva ni de competición. Sí porque realizado correctamente es un ejercicio físico excelente, además aporta el plus de trabajar la respiración, las emociones y la mente, cosa que le hace escalar peldaños considerablemente frente a otras disciplinas.

LA FLEXIBILIDAD

Llegamos al final de nuestra serie de artículos sobre las cualidades físicas básicas. En último lugar analizaremos la flexibilidad, cualidad de suma importancia y algo olvidada.

Elasticidad


-¿Qué es lo que la mayoría de la gente entiende por flexibilidad?
-Estirarse, ¿no? Llegar con los dedos a las puntas de los pies. No sé... Ser elástico, de goma, doblarse mucho...
-¿Sueles entrenar la flexibilidad?
-¿Para qué, si no se ve? Suelo entrenar resistencia para quitar grasa y un poco de pesas para definir los músculos. La tanda de abdominales que no falte, a ver si consigo este verano que se vea la tableta de chocolate.

Bueno, pues vamos, a través de este artículo, a poner la flexibilidad en el pedestal que se merece.

Flexibilidad física implica dos factores, movilidad articular y elasticidad muscular.
 

MOVILIDAD ARTICULAR:

Es la capacidad de movimiento de las articulaciones. Hay 7 articulaciones fundamentales en el cuerpo:

-Columna vertebral. Sin duda la parte más importante del aparato locomotor. Es el pilar central del cuerpo; una columna flexible es un ingrediente de salud y bienestar.

-Hombros, codos y muñecas. Las que nos permiten mover los brazos.
-Cadera, rodillas y tobillos. Las que nos permiten mover las piernas y desplazarnos.



ELASTICIDAD MUSCULAR:

Es la capacidad que tienen los músculos de estirarse y recuperar su forma.

Flexibilidad

De este modo, el entrenamiento de la flexibilidad implica estos dos aspectos, por lo que no es sólo "estirarse".

¿Y con que ésta relacionado todo esto? Obvio, con el movimiento. La flexibilidad nos da capacidad de movimiento y prevención de lesiones. ¿Por qué esto último? Porque los músculos acortados y las articulaciones rígidas tienen más posibilidades de romperse ante un movimiento brusco.

¿Cuánto hay que ser de flexible? Lo justo para movernos con libertad en nuestro día a día, sin limitaciones, e importante, a lo largo de nuestra vida. La flexibilidad se pierde mucho con el tiempo, y si queremos llegar a viejos con capacidad de movimiento, es importante trabajarla desde jóvenes.

¿Pero los yoguis no son extremadamente flexibles, hasta el punto del contorsionismo? Algunos sí, pero no es necesario. Yo personalmente no soy muy flexible, y si tuviera que escribir un libro sobre Yoga contrataría a una modelo, pero el Yoga me mantiene en la forma justa para hacer todo tipo de movimientos con mi cuerpo y desempeñar bien mi trabajo así como mis momentos de ocio.

La flexibilidad ha de ser la justa. ¿Qué pasa si es excesiva? Que los músculos se vuelven laxos y pierden fuerza, además, se corre el riesgo de que haya desgaste articular. ¿Qué pasa si es nula? Que tendremos los mismos movimientos que un robot, sin gracia. Fijaos en los felinos, no hay animal con mayor agilidad, elegancia, sigilosidad y efectividad. De hay el término «flexibilidad felina», pero insisto, tampoco hay que pasarse, no vamos a ganar nada por hacer contorsionismo, a menos que trabajemos en un circo.


¿Cuál es el mejor método para entrenar la flexibilidad? Aquí es dónde el Yoga gana de calle a todas las demás disciplinas. Este es el terreno del Yoga. Si quieres ganar resistencia, corre, anda en bici o nada; si quieres ser fuerte haz pesas; pero si quieres ser flexible, el Yoga es lo tuyo.

Tengo cierta sospecha de que lo que hacemos con nuestro cuerpo también lo hacemos con nuestra mente. Si somos muy rígidos, probablemente lo seamos en todos los sentidos. Si comenzamos a entrenar la flexibilidad del cuerpo, tal vez de forma indirecta nos volvamos más flexibles en otros aspectos. Una mente abierta y tolerancia hacia los demás también son síntomas de flexibilidad, aunque lamentablemente no hay ejercicios para entrenar eso.

Una cosa más, eso de que la flexibilidad no se ve en el cuerpo tanto como unos buenos abdominales o unas curvas generosas no es cierto, la flexibilidad de una persona se nota en su gracia al andar y en su porte erguido y esbelto. ¿No es eso atractivo? Pero ese no es el objetivo principal; lo importante es llegar a viejos con cuerpos físicos útiles, no con cacharros, con trastos, con zarrios que a partir de los 60 se convierten en cárceles en las que queda aprisionada la psique.


"No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma". Entrena la flexibilidad, dale importancia al movimiento, a la movilidad articular y a la elasticidad muscular. Si no lo haces por ti, hazlo por el anciano que vive en ti y en el que te convertirás antes de que te des cuenta.

En oriente la edad de una persona no se mide por sus años, si no por la flexibilidad de su columna vertebral.

En el próximo post haremos una síntesis de las cualidades físicas básicas vistas hasta ahora, no te lo pierdas.


LA VELOCIDAD

Siguiendo con nuestra serie de artículos sobre las cualidades físicas básicas, hoy hablaremos sobre la velocidad.

La velocidad

La velocidad puede que sea aparentemente la menos necesaria de las cualidades físicas básicas, a menos que seamos atletas profesionales que se ganan la vida con ello. ¿Para que necesito entrenar la velocidad? Te preguntarás, si ya no tienes veinte años y no deseas competir con nadie. Cierto, pero la velocidad no es sólo correr como el rayo; el entrenamiento de la velocidad también desarrolla ciertas fibras musculares, así como la coordinación y el sistema nervioso. No sólo los corredores de 100 metros tienen velocidad, también los pilotos de rally, los tenistas o los trabajadores manuales que desarrollan una actividad precisa a gran velocidad; así, a la velocidad física la llamaría destreza.

Evidentemente hay varios tipos de velocidad, y se clasifican científicamente como: de reacción, de desplazamiento y gestual. Algunas de estas destrezas son innatas y otras se pueden entrenar. A nosotros lo que nos interesa es, sobre todo aumentar esa capacidad de coordinación y ese estímulo del sistema nervioso, ya que a mayor velocidad, más redes neuronales intervienen así como una más eficaz red nerviosa entre el cerebro y las fibras musculares. Creo, y esto lo digo a título personal, que desarrolla incluso la inteligencia.

¿Cómo podemos entrenar la velocidad? Sobre todo, intentando hacer más rápido las cosas que ya sabemos hacer. Por ejemplo, escribir más rápido en el teclado del ordenador; si trabajamos con las manos, realizando nuestra actividad más deprisa sin perder precisión; si tienes por costumbre correr, hacer unos sprints de vez en cuando; y si practicamos Yoga, hacer los saludos al sol más rápido, por ejemplo. Un buen ejercicio para esarrollar la velocida del cuerpo, tanto la de desplazamiento, como la gestual y la de reacción, son los deportes de pelota (futbol, basket, tenis, squash, frontón...), ya que desarrollamos velocidad de movimiento (al realizar movimientos breves pero rápidos con todo el cuerpo), gestuales (con la mano o pie al golpear la pelota) y de reacción y coordinación (al adivinar la trayectoria de la pelota y golpearla en el momento justo y con precisión).

En cualquier caso, recordad, el deporte, siempre moderado y bien hecho.

YOGA SUTRA Nº 31: EL ORIGEN DEL SUFRIMIENTO

La incapacidad para mantener la concentración va acompañada de dolor, angustia mental, nerviosismo y respiración irregular.

Sufrimiento


La falta de concentración es el germen de numerosos males, por no decir de casi todos. La falta de concentración nos aleja del momento presente y nos sume en un estado de incertidumbre, viajando mediante la memoria al pasado (cristalizado como la mujer de Lot) o al irreal futuro gestado por la fantasía (víbora irreductible).

Como resultado de esto, surge el dolor emocional, a veces llamado angustia, nerviosismo, ansiedad, depresión y todos sus relativos. Es decir, el sufrimiento.

El sufrimiento es un estado emocional-mental, ciertamente diferente del dolor físico. Hoy en día, salvo excepciones, el dolor físico no es un problema tan grave como el sufrimiento emocional. Cuando el cuerpo duele, duele, pero suele ser un dolor agudo y no persistente (bien porque se va a los días o porque se ve amainado por un agente químico); en cambio el sufrimiento emocional puede estar inscrustado durante largo tiempo.

Buda ponía un ejemplo a esto, decía en una parábola que el sufrimiento es como si nos disparan una flecha en el cuerpo y nos hieren. Inmediatamente surgirá dolor físico, pero el sufrimiento llegará con la "segunda flecha", que es la que produce la mente al alterarse por lo sucedido. Un ejemplo actual sería el siguiente: una persona va al médico por una ligera molestia en una parte de su cuerpo, le diagnostican una enfermedad grave y comienzan a hacerle pruebas durante largos días, semanas o meses, mientras mantienen a raya su dolor físico con calmantes. Al final solucionan su problema físico y queda una leve cicatriz. ¿Cuánto sufrimiento ha generado la mente con hipótesis, con miedo, con angustia, con nerviosismo, con pesismismo, con respiración irregular? He aquí la segunda flecha de la que hablaba Buda.

El sufrimiento podría tener una ecuación matemática: S=R+E (Sufrimiento = Realidad + Espectativas). Es decir, cuanto más intervenga la mente en conjurar fantasías sobre un hecho, en distraerese del momento presente, mayor será el índice de sufrimiento. 

No obstante, numerosas veces en la vida de los seres humanos hay situaciones en las que "la primera flecha" hace mucho daño, bien sea por desgracias personales, accidentes, muertes de seres queridos o hechos catastróficos agudos, en tal caso, la solución es amainar en lo posible la corriente demoledora de dolor. ¿Cómo? Mediante la única variable de la ecuación que podemos controlar voluntariamente.

¿Podemos cambiar el pasado? No.
¿Podemos detener la mente cuando está muy agitada? No.
¿Podemos dejar de sufrir sólo con proponérnoslo? No.
¿Podemos alterar la química de nuestro cerebro? No.
¿Podemos a voluntad regular el funcionamiento interno de nuestro cuerpo? No.
¿Podemos dejar de estar angustiados, nerviosos y alterados sólo con querer dejar de estarlo? No.
¿Podemos regular nuestra respiración? Sí.

He aquí la clave: la respiración. Dice el sutra que la falta de concentración provoca sufrimiento, angustia, nerviosismo y respiración irregular, pero por el mismo camino, si logramos equilibrar la respiración a voluntad, podemos revertir esos estados.

Recuerda, es la segunda flecha la que produce los mayores sufrimientos. Y recuerda también, controlar la mente a voluntad es muy dificil, pero no lo es tanto controlar la respiración.

Si estás angustiado, distraido, tenso o con sufrimiento emocional, para y respira amplio y profundo, centra tu mente en el presente.

Una técnica para calmar la mente:

Escucha este mantra con mucha atención los 24 minutos que dura, con una respiración amplia y profunda. Puedes hacerlo con los ojos cerrados tumbado en la cama, o mientras sigues navegando por Internet, con los auriculares puestos, respirando en todo momento amplio y profundo, sintiendo el significado del mantra: OM MANI PADME HUM ("Yo soy la joya en el loto de mi ser, eterno, puro e intocable por nada externo").

Om mani padme hum de Tibetan Incantations.

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