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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




HATHA RAJA YOGA

El origen y significado del Yoga se pierde en la noche de los tiempos, y con el devenir de los siglos han aparecido miles de líneas, de maestros y de interpretaciones. Yo no sé cuál es el origen del Yoga, ni qué significa exactamente la palabra hatha, ni tan siquiera sé cual es a ciencia cierta el estilo o línea de Yoga que sigo. Sí sé que mi estilo está dentro del raja y del hatha Yoga, pero mejor llamarlo Yoga (a secas), para no perdernos en los nombres, ni en las interpretaciones que de ellos pudieran derivarse.

Lo que se sabe de cierto, dejando de lado toda demás interpretación mística o supersticiosa, es que el primer gran maestro, y sintetizador del Yoga fue Patanjali, un sabio que vivió en la India en el siglo tercero antes de Cristo, aproximadamente; y su obra maestra son los Yoga Sutras, un compendio de cuatro volúmenes donde se explica la Ciencia del Yoga en breves y sintéticas frases (sutras). Tiene orígenes Védicos, y es uno de los seis sistemas de pensamiento (dharsanas) del Hinduismo; y sus mayores fuentes de influencia son el Bhagavad Guita y algunos Upanishads.

Patanjali sintetizó el Yoga en ocho peldaños, por eso se le conoce como Asthanga (ocho pies) Yoga, o Raja Yoga (Yoga Real, o de reyes).

                   1- Yama (observancias hacia los demás)
                   2- Niyama (observancias hacia uno mismo)
                   3- Asana (Postura física o ejercicio físico)
                   4-Pranayama (Control de la respiración o de la energía)
                   5- Pratiahara (Control de los sentidos)
                   6-  Dharana (Concentración)
                   7-Dhyana (Meditación)
                   8-Samadhi (Realización)

Los Yoga Sutras de Patanjali son una de las obras cumbres de la humanidad en cuanto a conocimiento y estudio de la psique humana; su estudio es de lo más recomendable junto con el Bhagavad-Guita. En este blog iremos poniendo posts sobre tales asuntos.
Hatha Raja Yoga

Una cosa importante se ha de decir: Patanjali no da ninguna instrucción sobre ejercicios físicos ni de respiración, aparte de unas breves y sencillas recomendaciones. El Yoga que se conoce hoy en día con sus ejercicios físicos característicos no aparece hasta el siglo XIV, cuando Swatmarama publica el Hatha Yoga Pradipika (Luz sobre el Hatha Yoga), que es la primera y más importante obra escrita sobre el Hatha Yoga.  Si antes de Swatmarama se practicaban las técnicas de hatha yoga, lo ignoro, a fuentes escritas me remito. Hay quien afirma que el Yoga tiene doce mil años (en plena edad de piedra); y quien dice que en Mohenjo Daro y Harappa se hacían asanas en el 4000 A.C. No lo sé. Yoga Sutras siglo III A.C.; Hatha Yoga Pradipika siglo XIV D.C. Esto es lo que hay documentado… 

Hatha tiene muchos significados: etimológicamente significa forzar, violentar o perseverar. Algunos dicen que Ha significa Sol, y Tha Luna; y que el objetivo del hatha yoga es el de equilibrar la energía del cuerpo, la polaridad de ida y pingala para alcanzar el equilibrio; pero etimológicamente no tiene ningún parecido, por lo que parece un añadido a conveniencia a posteriori. Sinceramente, no tengo ni idea de cuál será su significado. El Hatha Yoga tiene influencias tántricas-shivaíticas, y difiere en parte de la visión védica de Patanjali. La clave está en integrarlos bien.

En fin, de Swatmarama y Gheranda (otro maestro posterior) provienen la mayoría de técnicas que conocemos hoy en día, especialmente en lo que se refiere a asanas y pranayama, y posteriormente han habido adiciones tales como el "Saludo al Sol", y otra serie de ejercicios específicos.

En el siglo XX, un gran maestro de Yoga apareció en occidente, dando una amplia difusión al Raja y al Hatha Yoga, con un toque peculiar; se trataba de  Swami Vishnudevananda, discípulo de Swami Sivananda. Una mezcla de Raja Hatha Yoga con marcado acento védico e hinduista, pero con un concepto fabuloso de cinco principios.

1.      Alimentación adecuada
2.      Respiración adecuada
3.      Ejercicio adecuado
4.      Descanso adecuado
5.      Pensamiento positivo y meditación (cultivo de la mente)

Así, en el siglo XXI, con estos cinco principios se puede sintetizar todo lo demás, adecuando la práctica a las necesidades de cada persona; sin dogmatismos, sin supersticiones, sin líneas rígidas, sin mortificaciones ni austeridades, utilizando lo mejor de todas las técnicas que conocemos, utilizando el sentido común y la inteligencia. Estamos en el tercer milenio, donde la ciencia occidental ha de fusionarse con la sabiduría oriental, pero de forma inteligente, sin fanatismos; adaptándose, o adecuándose (para hacer justicia a los cinco principios) al tiempo y al lugar; con la mente y el corazón abiertos. Poco importa de dónde viene y cuáles fueron las motivaciones iniciales de la fundación del Yoga; lo importante es qué hacemos con él en este tiempo que nos ha tocado vivir, y como lo aplicamos a nuestra vida.

¿Qué tipo de Yoga haces? Pues Yoga a secas; Yoga de unión, Yoga de síntesis; Yoga ecléctico (que asimila lo mejor de cada sistema); Yoga inteligente. Aprender a respirar bien, mantener el cuerpo en condiciones mediante un ejercicio moderado, aprender a relajar y soltar tensiones, y cultivar la mente mediante el estudio, la meditación y el pensamiento positivo. ¿Para qué? Para llevar una vida más rica y plena, y poco a poco conocer quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, alcanzando la Realización del Ser, la mayor empresa que puede lograr el ser humano. Pero todo esto hecho con libertad, sin miedo, sin dogmas, sin estructuras cerradas, sin instituciones religiosas, sin Gurús, sin mamarrachos, sin hipócritas que nos digan lo que tenemos que hacer y cómo lo tenemos que hacer, sin fronteras, sin límites… El presente es nuestro; el camino lo hacemos andando; somos los gobernantes y los jueces de nuestra vida.

Yoga Sutra nº 7


"La base del conocimiento correcto es: percepción directa, razonamiento adecuado y testimonio verdadero."


Los Yoga Sutras de Patanjali son los más antiguos aforismos sobre Yoga, y tal vez los más sabios que se conocen. Patanjali fue el primero, a saber, en sintetizar las técnicas de Yoga y unificarlas. Sus aforismos, o sutras, son probablemente la mayor obra de Yoga jamás escrita.
El presente sutra que hoy analizamos es el número siete, uno de mis favoritos.
 
Todo conocimiento en esta vida, ya sea sublime o mundano, ha de apoyarse necesariamente en una de estas tres premisas, aunque lo ideal sería que se viera confirmado por las tres al mismo tiempo.

El conocimiento del Yoga, que es la unión con la más pura esencia de nosotros mismos, proviene fundamentalmente de fuentes escritas y no escritas (transmitidas oralmente de maestro a discipulo durante lustros generacionales).

Así, la primera tarea es contrastar si el testimonio es verídico, pues no por el hecho de estar impreso o ser transmitido por un maestro, implica que ya sea verdadero. Los dogmas de fe, y la "palabra de Dios", no pueden aceptarse por que sí. Insisto, la fuente ha de ser verídica.
Después hay que usar el razonamiento adecuado, para llegar a la verdad a través de la razón y del sentido común, que es a su vez el menos común de los sentidos. Muchas verdades, científicas especialmente, se ven vislumbradas por el poder del intelecto, para discriminar la Verdad de la No-Verdad. Mediante la inducción, la deducción y el silogismo, aun sin haber visto, se puede llegar a la Verdad. Si algo desafía el sentido común... por lo general hay que sospechar. E igualmente, como decia Guillermo de Ockham: "Cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja".

Por último, tenemos la percepción directa, que se da únicamente cuando somos testigos directos del hecho en cuestión; cuando podemos dar fe de que eso es así, por que los hemos conocido a través de la percepción directa. La meditación nos lleva al conocimiento del ser, pues contemplamos en percepción directa nuestro objeto de meditación: el Ser, el luminoso y radiante Atman. "Lo he visto con mis propios ojos", a través de mi "ojo interno", he comprendido tal principio, y doy fe de ello.

Pero como decía al principio, si la percepción directa se corresponde con los que nos dice el intelecto, y coincide con el testimonio de fuentes verídicas; entonces no hay duda de que se trata de un conocimiento correcto.

Por poner un ejemplo, trataremos el caso de la reencarnación; esa hipótesis en la cual el alma del ser humano es inmortal, sobrevive a la muerte del cuerpo físico y hace que tengamos un sinnumero de vidas humanas en diferentes cuerpos, lugares y épocas, con el objetivo de ir acumulando experiencias para lograr la Realización, y no después de pocos avatares, volver a reintegrarnos con la fuente Universal de la que originalmente manamos, en la noche de los tiempos.

Numerosos textos de todas las culturas, así como maestros, santos y místicos de todas las religiones avalan este hecho con su testimonio.  ¿Y que nos dice la razón sobre ello? ¿No nos dice acaso el sentido común, que si nuestro viaje se acaba con la muerte del cuerpo físico, sin posibilidad alguna de volver a vivir, todo es en extremo absurdo? ¿No sería la vida una broma de muy mal gusto, si todos nuestros logros se vieran interrumpidos y acallados por el negro abrazo de la muerte? Mi sentido común lo tiene muy claro, y usando mi intelecto puedo llegar a las mismas conclusiones que los sabios de antaño.

Mas aún queda verificado cuando somos conscientes de este hecho a través de la percepción directa. Cuando nuestros cuerpos físicos mueran, todos seremos conscientes de este hecho, al observarlo en percepción directa. Empero se puede tener percepción directa de este hecho sin morir; a través de la meditación y con la práctica, va surgiendo en uno la certeza de que esto es así; no se puede razonar con palabras pues no atañe al dominio de la mente, pero el conocimiento se revela.

Ya sabeis, para cualquier cosa, usar estos tres principios. No hay que ser ni crédulos ni radicalmente escépticos. Abre tu mente y tu corazón.

BENEFICIOS DEL YOGA



Cada vez que oferto la enseñanza del Yoga, ya sea en escuelas, polideportivos, gimnasios, centros cívicos, asociaciones, empresas, colegios, etc, tengo que argumentar los beneficios que aporta la práctica de esta milenaria disciplina.

Tal vez lo que más gancho tenga sean los beneficios físicos, enfocados a la salud y a la mejora de la forma física. Es innegable que las técnicas psicofísicas del Yoga contribuyen notablemente a la mejora de la movilidad articular, la elasticidad muscular y de los tendones, la flexibilidad de la columna, la tonificación de los músculos y del corazón, y a la estimulación de las glándulas endocrinas, entre otras cosas. Todos estos hechos están contrastados desde hace décadas por especialistas de la salud. Es más, muchos médicos recomiendan a sus pacientes la práctica del Yoga por los beneficios antes citados.
Los beneficios del yoga

Después tenemos los beneficios que otorga a la hora de controlar y manejar el estrés y sus derivados: ansiedad, depresión, insomnio. El Yoga tiene entre sus técnicas herramientas para disminuir estos perniciosos males que asolan a tantas personas en nuestra sociedad. Técnicas de respiración, concentración y relajación son muy útiles para equilibrar el sistema nervioso (central y autónomo). Aprender a relajarse es una de las máximas del Yoga.

Y por último, y aunque menos solicitada pero no por ello menos importante, esta el motivo espiritual o transcendental. Muchas personas sienten en su vida un gran vacío existencial o crisis espirituales que no saben como llenar. El Yoga, que ante todo es un sistema filosófico de pensamiento, ha tenido desde sus orígenes esta finalidad: la de responder a las eternas preguntas de la Vida, o por lo menos intentarlo. No hace falta ser creyente, ni religioso para intentar dar respuesta a estas cuestiones. Todos los hombres de todas las épocas han sentido esta inquietud y han tratado de darle remedio, de una manera u otra. El Yoga, aparte de su filosofía, posee técnicas para hallar estas ecuménicas verdades en nuestro corazón. No es fácil ni rápido hollar tal sendero, mas cualquier buscador sincero puede obtener grandes beneficios del Yoga y sus técnicas. Ni que decir tiene que la meditación es la técnica suprema para esta índole; la meditación es la "Piedra Filosofal" que transmuta el plomo de nuestra ignorancia en el oro de la sabiduría.

En fín, sobran los motivos para recomendar la práctica del Yoga; y un servidor está a la disposición de todo el interesado en iniciar o profundizar en este arte milenario.

¿Para qué sirve el Yoga?

El Yoga sirve, sobre todo, para ser tú mismo. 

El Yoga sirve, para conocer cómo funciona nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestra mente; y a raiz de este conocimiento, para adquirir poder sobre ellos.


El Yoga sirve, para dar un sentido a nuestra vida, haciendo que una vez encontrado este sentido, todo lo que hagamos tenga realmente sentido. 

El Yoga sirve, para armonizar y equilibrar nuestro cuerpo, desprendiéndose de su práctica: Salud y Belleza.

El Yoga sirve, para armonizar y equilibrar nuestras emociones, desprendiéndose de su práctica: Paz y Bondad

El Yoga sirve, para armonizar y equilibrar nuestra mente, desprendiéndose de su práctica: Verdad

El Yoga sirve, para elevar la autoestima y el amor propio, y por consiguiente, para fomentar las relaciones con nuestros semejantes. 

El Yoga sirve, para sembrar en el Presente las buenas semillas que en el futuro nos permitan cosechar Prosepridad Material y Espiritual

El Yoga sirve, para encontrar el camino de vuelta a Casa; ese que se encuentra en el interior de nuestros corazones. 

El Yoga sirve, en definitiva, para lograr una vida más Plena y Feliz; irradiando esa vibración positiva hacia todo aquello que nos rodea. 

El Yoga sirve, para realizar la empresa más granda que puede realizar el Ser Humano: SER REALMENTE HUMANOS.

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