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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




LA "MASA CRÍTICA" DE LA CONCIENCIA HUMANA

La «masa crítica» del Uranio-235 es de 56 kg. ¿La pregunta que me mueve a escribir este artículo es, ¿cuál es la «masa crítica» de la Humanidad? A continuación veremos lo que significa «masa crítica».

«En física, la masa crítica es la cantidad mínima de material necesaria para que se mantenga una reacción nuclear en cadena.» Esta es la definición que nos da la Wikipedia. Científicamente esto sólo es aplicable a la materia, concretamente a las sustancias radioactivas, pero yo sostengo que este principio también puede ser aplicable a la mente.

Vamos a comenzar por entender el principio de fisión nuclear, y utilizaremos como ejemplo el isótopo de Uranio-235, un material capaz de producir reacciones en cadena termonucleares. Este material se usa con frecuencia en las bombas atómicas así como en las plantas nucleares de generación de electricidad.

Como su nombre indica, es un átomo que posee 235 nucleones (92 protones y 143 neutrones). Al ser un átomo tan grande es bastante inestable y tiende a fisionarse si algo altera su endeble estabilidad. Por ejemplo, si un neutrón impacta a gran velocidad en el núcleo del átomo, se produce tal inestabilidad que el átomo se divide en dos, produciendo dos átomos (generalmente Kr-92 y Ba-141) más 3 neutrones libres que se proyectan a gran velocidad por el espacio.



Fisión nuclear

Una reacción en cadena es cuando un sólo neutrón provoca que todo el material de Uranio-235 reaccione descontroladamente. Pero recordad que el espacio vacío interatómico es muy grande comparado con el espacio ocupado por un átomo, por lo tanto hace falta mucho material para que los neutrones libres impacten contra otros núcleos y no se pierdan interrumpiendo así la reacción en cadena. En la siguiente imagen se ilustra gráficamente este proceso.


Reacción en cadena


Como veis, la teoría es muy sencilla. De este modo la «masa crítica» o «masa mínima» para que el Uranio-235 reaccione en cadena es que haya un mínimo de 56 kg de material. Así de fácil; si disponemos de 56 kg de Uranio-235 y le disparamos un neutrón a gran velocidad, ¡sálvese quien pueda, pues se producirá una explosión atómica devastadora!

Sólo hacen falta estos dos ingredientes:

- Material suficiente.
- Una chispa o agente desencadenante.

Ahora bien, reunir 56 kg de Uranio-235 resulta extremadamente difícil, ya que en la naturaleza existe en ínfimas cantidades. Lo que sí existe en mayores cantidades es el Uranio-238 que no es fisionable y no reacciona en cadena. Todo el proceso de enriquecer el Uranio consiste en eso, en generar la suficiente cantidad de Uranio-235 (mínimo 56 kg para generar una bomba). Menos mal que la naturaleza es sabia, pues si no, el mundo estaría ya destruido hace tiempo.

Visto esto, espero que todo el mundo comprenda que la tecnología de una bomba atómica es sumamente sencilla: Material suficiente de uranio y una pistola de neutrones.

¿Cuál es la masa crítica de la conciencia humana, para que se produzca una reacción en cadena? He aquí de nuevo la gran pregunta. Como es obvio, esta masa crítica no se medirá en kilogramos, sino en número de mentes individuales. ¿1.000.000? ¿3.000.000.000? No lo sé. Lo que resulta evidente es que hay cambios que nunca se producen, ideas que nunca prosperan, justicias que nunca se realizan porque no se llega a una «masa crítica» en la conciencia humana.

¿Qué hace falta para cambiar el mundo? ¿Qué hace falta para derrocar este sistema injusto, cruel e improductivo que nos gobierna a todos? ¿Por qué la gente parece dormida y no reacciona ante las injusticias sociales? Desempleo, pobreza, justicia selectiva, desahucios, hambre, riqueza desproporcionada, valores morales decadentes, demagogia política, corrupción... ¿Por qué no se hace nada? ¿Por qué parece que sigue todo igual, que hasta que no se produce una gran catástrofe, un gran cataclismo la gente no reacciona con la suficiente fuerza como para cambiar el mundo? Por la «masa crítica».

Vivimos en un mundo de borregos a merced de un pastor corrupto. Sólo unas pocas cabras se dan cuenta del problema y tratan de hacer algo, pero no poseen la suficiente «masa» como para producir cambio alguno, pues sus esfuerzos se pierdan el la vastedad del espacio vacío sin hallar eco en otras mentes.

Mientras uno tenga para comer hoy, techo para dormir, unas monedas en el bolsillo para gastarse en sus vicios; mientras se tenga a alguien a quien amar o la suficiente comodidad para «vivir» medianamente bien, no se moverá un dedo, «no sea que pierda lo poco que tengo». Esa es la especie humana.

Por eso es tan importante la información. Que la gente sea consciente de los problemas, para que su conciencia, a modo de singular átomo, ofrezca sustento para que una idea prospere y sea partícipe de una reacción en cadena imparable.

Una mente dormida es espacio vacío... Una mente despierta es un elemento activo para el cambio.

Por eso, ahora más que nunca, es importante que despiertes, aunque no hagas nada, pero que tu mente forme parte de esa «masa crítica» que permita producir una reacción en cadena y llevar a la Humanidad hacia su siguiente estadio evolutivo.

LOS ESTADOS DE LA CONCIENCIA

Tradicionalmente la filosofía védica, concrétamente el Advaita Vedanta, diferencia cuatro estado de conciencia en el ser humano. La psicología moderna nos habla de otro estado más; por lo tanto, en este ensayo veremos 5 tipos de conciencia.
 

¿Qué es la conciencia? Pueden dársele muchas definiciones, pero yo voy a darle una personal sin temor a equivocarme: "La conciencia es la creación más preciosa del Universo", la conciencia es el don más maravilloso que posee el ser humano. Vaya, al final he dado dos definiciones, será que hoy es el día del 2X1.


Estados de la conciencia

La conciencia es eso que nos hace darnos cuenta de las cosas, que nos hace ser autoconscientes; es donde situamos nuestro Yo pensante, y es también lo que más tememos perder, más aun que nuestro mortal cuerpo físico. A continuación veremos los susodichos estados:

- El estado de vigilia: Este es sin duda el más conocido... Para muchos, desgraciadamente, el único conocido. El estado de vigilia es nuestro estado de conciencia "normal", el que tenemos cuando estamos "despiertos" en condiciones normales. Obsérvese el uso irónico de las comillas en mis escritos.

- El estado de sueño con ensueños: ¿Cuando soñamos con sueños, de dónde provienen los sonidos, sabores, colores, tacto, emociones y pensamientos? He tenido numerosos sueños tan lúcidos en los que la "realidad" me parecía esa. He tenido sueños en los que han pasado años de tiempo relativo, en los que he pensado, sentido emociones, e incluso amado... Tales sueños se desvanecieron al volver al estado de vigilia. Es evidente que no eran "reales", pero sí había una cosa muy real: que yo lo viví de forma consciente en primera persona y en tiempo presente.

- El estado de sueño profundo: ¿Dónde estamos cuando soñamos de forma profunda? ¿Qué es de la conciencia en tales estados? A este estado también se le llama estado de inconsciencia. Lo cierto es que es un misterio lo que sucede durante el sueño profundo; algunos dicen que la conciencia se reúne con lo afín a ella; que volvemos "a casa" por las noches para beber el maná que nos permite regenerarnos. No lo sé.

- Los estado alterados de conciencia: Aquí hay dos categorías.

- Patológicos: Debidos a enfermedades o daños cerebrales: Locura, alucinación, paranoia, esquizofrenía, etc. La conciencia es incapaz de diferenciar los objetos percibidos por los 5 sentidos de los producidos por la mente subconsciente.

- Inducidos: Todos aquellos que son provocados por la ingesta de sustancias psicotrópicas o por el efecto de una mente poderosa capaz de generar hipnósis.

Ninguno de estos estados es deseable, dicho sea de paso, y si hay que justificar el uso de drogas por muchísima gente, es porque en el fondo, tras esa actitud escapista, tratan de alcanzar el "cuarto estado", el que a continuación veremos.

- El estado de supraconsciencia: Conocido como el "cuarto estado", o el estado de Turiya. Este es el estado meditativo por excelencia, el que se alcanza raras veces. Cuando un meditador dice: "voy a meditar", y se pone en la postura del loto con cara de iluminado, en realidad está diciendo: "Voy a ver si medito", porque insisto, raras veces se alcanza este estado.


Dicen algunos sabios, que el estado meditativo es el mismo que el estado de sueño profundo, pero de forma consciente. Dicen también que la dualidad desaparece cuando se da este estado de consciencia, que todo es UNO. Dicen los más sabios que uno se ve a sí mismo cara a cara cuando logra este estado, "y lo comprende todo", o casi todo...



Mis mayores experiencias meditativas han sido breves (en duración y en frecuencia), pero me han bastado para seguir con mi búsqueda infatigable. He sentido, durante fracciones de segundo, como el tiempo y el espacio se desvanecían mientras una oleada de dicha me bañaba hasta el último poro de mi ser. El cuerpo desaparecido de mi consciencia, la respiración casi detenida, la conciencia expandida hasta su paroxismo... Sentí una única conciencia universal cuyos poros éramos cada uno de nosotros, los seres (tanto conscientes como autoconscientes en mayor o menor grado). No había nada y lo había todo... Soy incapaz de seguir describiendo tal estado pues mi lenguaje resulta muy limitado, pero deseo que todos los seres lo alcancen alguna vez y puedan experimentarlo, conocerlo y tal vez realizarlo.

Durante el estado de vigilia la conciencia está amarrada (una palabra excelente para describir esto) al cuerpo físico y a la mente. Durante el sueño con ensueños la conciencia está amarrada a la mente. Durante el sueño profundo... Mysterium Magnum. Durante los estados alterados de conciencia, a cuerpo y mente indiscriminadamente. En el estado supraconsciente la mente suelta las amarras del cuerpo y de la mente y el observador (el yo supraconsciente) puede contemplar su verdadera naturaleza.


Podeis deducir ya, que la meta última de las técnicas de Yoga es alcanzar el estado de Turiya, el de meditación. No meditar y cantar mantras y visualizar el amor cósmico (imágenes esterotipadas del Yoga), insisto; sino desamarrarse y dar el salto cuántico.

La ciencia llega hasta el límite de la materia, la filosofía supera ligeramente ese límite, pero esta condicionada por "el círculo no se pasa" de la mente, conocido como "El Guardián del Umbral". El meditador avezado, con coraje, experiencia y ducho en el arte de vencerse a sí mismo tiene la fortuna de adentrarse en tal estado y poder dar respuesta a la ansiada pregunta: ¿Quién soy yo?

Quiero, sobremanera, conocerme a mí mismo, saber el por qué de este drama cósmico de la existencia. Deseo ver cara a cara a ese sublime artista cuya humildad le impidió dejar una firma en su creación. No sé casi nada... Cada día mi ignorancia me fustiga más, pero sé, o intuyo, no me pregunteis cómo, que tales respuetas se hallan en el "cuarto estado de la conciencia", en el Turiya, en el Reino del Uno sin Segundo.

EL MIEDO

El miedo es la emoción más primaria y posiblemente la más fuerte e influyente de todas.

El ser humano siempre ha padecido miedo, desde que vivía en las cavernas acechado por una infinidad de peligros, hasta hoy en día rodeado por cuatro sólidas paredes y una alarma de seguridad.

Si bien es cierto que el miedo fundamental es a la muerte, a todo aquello que atente contra la integridad física, también tiene otras vertientes, tales como el miedo al fracaso, el miedo a no ser amado, el miedo a perder las posesiones, etc.

El miedo en sí mismo no es malo, al contrario, es uno de los mayores aliados del hombre, pues sin él, lo que queda es la temeridad..., y un hombre temerario no puede llegar muy lejos. El miedo es una estrategia biológica muy útil, que permitió a nuestros ancestros sobrevivir a las fieras, protegerse de la intemperie y almacenar alimentos para asegurar su supervivencia.

El problema del miedo, en nuestra sociedad actual en la que apenas hay riesgos físicos pero sí numerosos psicológicos, es que se vuelve patológico y nos bloquea, nos impide seguir adelante y convertirnos en los seres potenciales que podríamos llegar a ser.

-Tengo miedo al fracaso y por ello no actúo... En la mayoría de casos ni siquiera lo intento.

-Tengo miedo a no ser amado y por ello soy condescendiente hasta el punto de arrastrarme.

-Tengo miedo de decepcionar a las personas que amo, y por ello no salgo de los cánones de lo establecido.

-Tengo miedo a perder la libertad, a las largas condenas, y por eso no me comprometo.

-Tengo miedo al sufrimiento, a la enfermedad, y la preocupación me devora aun estando sano.

El miedo patológico bloquea, obstruye, nos impide desarrollar toda nuestra potencialidad.

¿Cómo superar el miedo patológico entonces? ¿Qué técnicas existen para devolverlo a su estado normal, ese que nos previene de peligros? ¿Como devolverlo al rol de nuestro mayor amigo en lugar de nuestro peor enemigo?

Desgraciadamente no hay muchas técnicas ni sustancias químicas que lo rediman, a lo sumo lo reducen, mas sólo temporalmente, y eso no sirve a la larga. Toda mi vida he tenido miedo casi de todo, pero mi mayor temor era a la muerte, a dejar de existir, a dejar de ser...

Si tomamos conciencia de que tenemos ante nosotros un tiempo baldío, que nada realmente importante está predestinado a perdurar, que la muerte nos alcanza a todos y por ende no puede ser tan mala, que aquí hemos venido a aprender, y que aprender, sobre todo, conlleva fracasar, fracasar, fracasar y volverlo a intentar, ¿a qué puede verse reducido el miedo entonces?

Lo que más tememos perder, que es nuestra vida, o más que eso, nuestro espíritu inmarcesible diría yo, paradójicamente, es lo único que no perderemos. Sí, todo lo demás pasará y quedará, pero lo más valioso que poseemos, esa joya en el loto de nuestro corazón, permanecerá, pues ni el fuego la quema, ni el agua la moja, ni el viento la orea... ¿Dónde queda reducido el miedo entonces?

¿Sabeis cómo representaban los antiguos egipcios al miedo? Con el jeroglífico de un pato desplumado listo para ser cocinado. SENEDJ es su nombre. Siempre que tengo miedo trato de recordarlo para no verme paralizado y hacer aflorar el valor que habita en mí. No siempre es fácil, pero el miedo se equilibra con el VALOR, con el coraje para seguir adelante siempre, sean cuales sean las circunstancias externas que nos atenacen.



Jeroglífico egipcio sobre el miedo



El miedo cuando es virtuoso nos da prudencia y hace aflorar en nosotros el valor. Mas es el conocimiento, el conocimiento directo de la permanencia de nuestra esencia, lo que nos libera totalmente del miedo.

Medita, zambúllete en tu interior y hallarás tal certeza.

LECCIONES DE VIDA

No importa las diferencias que haya entre nosotros, los seres humanos compartimos ciertas cosas en común:

- Se nos ha dado un cuerpo físico.
- Tratamos de huir del sufrimiento.
- Tratamos de alcanzar la felicidad.
- Hemos venido a aprender lecciones.
- No existen errores, sólo decisiones que producen lecciones.
- Si una lección no se aprende, se repetirá.
- Cuanto más se repita una lección, más dura se volverá.
- Si hacemos lo mismo de siempre, cosecharemos lo mismo de siempre.
- Sabremos que se ha superado una lección cuando nuestras actitudes y logros cambien.
- Alcanzaremos el Doctorado, o la "Maestría en Seres Humanos" cuando hayamos aprendido todas las lecciones que componen el "Curso de la Vida Humana".

Flor de Loto


Atrévete a aprender y a aprobar las lecciones de la vida, si fracasas no te preocupes, tendrás la oportunidad de repetirlas, pero no te estanques por comodidad o por miedo al cambio.

Cuida tu cuerpo físico, ese precioso regalo que nos ha dado la vida, pues cuanto más años dure y en mejores condiciones esté, más lecciones prodrás aprender: esa es la finalidad de "vivir muchos años", no lo olvides.

En fin, practica Yoga, es la mejor herramienta que conozco.

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