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Hay quien busca el Yoga en el extranjero, en la India, en el Himalaya o en lugares fascinantes... Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos. Quédate donde estás, pues el viaje empieza en ti y la búsqueda culmina en ti. Nada hallarás fuera de ti que no se encuentre dentro de ti.




LAS 4 FASES DE LA RESPIRACIÓN


La respiración normal del ser humano medio suele ser superficial, desorganizada, arrítmica y poco eficaz. Ya hemos hablado en anteriores artículos sobre como respirar correctamente de forma abdominal y de forma completa (puedes hacer click en los enlaces por si deseas revisar aquellas lecciones).

Hoy vamos a hablar sobre las cuatro fases de la respiración: inspiración, retención con los pulmones llenos, espiración y retención con los pulmones vacíos. El Yoga tiene un nombre para cada una de estas fases: Puraka, Kumbhaka, Rechaka y Suniaka, respectivamente.

Parece que en este mundo material casi todos los procesos físicos tienen cuatro fases: las 4 estaciones, las 4 fases de la Luna, las 4 edades del hombre (infancia, adolescencia, madurez y vejez), las 4 fases de la vida (crecimiento, plenitud, decadencia y muerte), las 4 fases del metabolismo (ingestión, digestión, absorción y excreción), las 4 fases de la materia (sólido, líquido, gaseoso y plasma)... Seguro que me dejo más ejemplos, pero la respiración también posee 4 fases, como antes hemos señalado.


Las 4 fases de la respiración


Hay algo que me llama la atención: mucha gente no sabe ni cómo respira, ni para qué respira, ni cómo funciona el proceso de la respiración. Afortunadamente la ignorancia no mata, ya que la naturaleza ha previsto ese hecho y ella sigue funcionando igual. No obstante, el conocimiento nos da el poder de mejorar.

Puraka:

Inspirar es lo que mejor conocemos y lo que mejor sabemos hacer, dentro de lo mal que respiramos. Consiste en tensar la «musculatura inspiradora» (la llamaremos así para simplificar), llenar un poco los pulmones de aire, y ya está.

La inspiración es la fase activa. Cogemos oxígeno, energía, vitalidad, nos llenamos, recibimos el don de la vida.

Kumbhaka:

Una vez llenos, retenemos el aire para que, en esa plenitud, se pueda producir en los pulmones el intercambio gaseoso. En los alvéolos pulmonares se produce la respiración interna, la más importante. Respirar no sólo es coger aire y soltarlo, respirar es un intercambio gaseoso. Al retener el aire con los pulmones llenos, se produce el máximo intercambio, así como el mayor nivel de energía y vitalidad. Inconscientemente, cuando vamos a hacer un gran esfuerzo, o requerimos de gran concentración, mantenemos los pulmones llenos.

¿Qué hay que hacer para retener el aire? Simplemente mantener tensa la musculatura respiratoria. En niveles avanzados se utilizan llaves o bhandas. Es importante no retener el aire demasiado tiempo a no ser que estemos entrenados. 10 segundos es el tiempo máximo recomendado para los principiantes.

Rechaka:

Espirar es más que soltar el aire. Espirar es dejar marchar aquello que ya ha cumplido su función, aquello que ha pasado a lo pretérito. Espirar es una fase pasiva, pero que igualmente requiere del trabajo de los músculos espiratorios. Lo que hacemos la mayoría de nosotros es inspirar y soltar la tensión de la musculatura, de esta forma se produce una espiración corta. La clave está en mantener tensa cierta musculatura para alargar y controlar la espiración.

En esta vida todo tiene su crecimiento, su madurez y su decadencia. Hay que aceptarlo. La espiración corresponde a ese proceso catabólico en el que nos desprendemos de lo que sobra, pero que a su vez da vida, ya que vaciar permite de nuevo volver a llenar. Si no soltamos el aire, nos morimos de asfixia. Si no dejamos marchar aquello que sobra en nuestra vida, aquello que fue, nos ahogaremos igualmente en nuestra aflicción; nos convertiremos en estatuas de sal.

Suniaka:

Esta es tal vez la fase más desconocida y la que menos se practica. Retener el aire con los pulmones vacíos. ¿Qué produce esto? A nivel físico se sigue produciendo el intercambio gaseoso con el aire residual. A nivel interno se produce el momento de mayor sensibilidad. Inconscientemente cuando necesitamos del máximo de nuestros sentidos, como por ejemplo escuchar un sonido a bajo volumen o enterarnos de algo importante, lo hacemos con los pulmones vacíos. Es la fase vacía que precede lo lleno.

Esta fase, no obstante no debe alargarse demasiado.

El Yoga posee técnicas específicas en las que intervienen alguna o varias de estas fases. Ya las iremos viendo poco a poco mediante técnicas de pranayama o mediante asanas que requieren el uso de ellas.


Después de esto te surgirá una pregunta: ¿hay que respirar todo el día con las 4 fases? No, sólo cuando aplicamos algunas técnicas.


Inspirar y espirar


En el día a día reina la dualidad, no el cuaternario. Día y noche, luz y oscuridad, vida y muerte, inspirar y espirar...

Dar y recibir constantemente es lo que hacemos al respirar. Llenarnos y vaciarnos.

¿Qué te cuesta más, dar o recibir? ¿Qué te cuesta más, inspirar o espirar? Ambas cosas están relacionadas. ¿Qué es mejor? El equilibrio, inspirar bien y espirar bien. Llenar bien los pulmones y vaciarlos bien.

En los próximos artículos veremos técnicas específicas de inspiración, retención y espiración.

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